- Mar, 06 Nov 2012, 16:41
#413240
Es un tema muy personal, habrá quien crea que deberías decir que no a tal o cual cosa y quien piense que no.
En mi opinión (y recalco que solo es una opinión, y por tanto perfectamente debatible
), no es nada sensato negarle algo a un niño por razones peregrinas como acostumbrarle a la frustración o hacerle saber que no se puede tener todo en la vida; pero si hay un motivo válido y fundado, hay que intentar negociar (a mí por lo menos me parece infinitamente más productivo que prohibir, las prohibiciones las reservo para cosas peligrosas y poco más).
Respecto a los ejemplos que pones:
Lo de comer en el suelo yo también lo hacía
, en mi caso al llegar de trabajar me moría de ganas de estar con mi niño y el sentarme a la mesa me parecía secundario. Habrá quien lo vea importante, en ese caso siempre se puede intentar convencer al peque a venir a la mesa con nosotras (o sentarle en la trona al lado) para poder jugar y comer de forma más civilizada y ortodoxa.
Para fregar los platos y tareas domésticas en general, a mí me ha funcionado siempre muy bien (y con los dos) pedirles que me ayuden. Prueba a darle al peque un plato de plástico y un trapo y que lo seque, o le pones un poco de agua en un barreño y que él también friegue contigo; lo mismo con cocinar, poner la lavadora, etc. Además, tiene la ventaja de que se acostumbran a hacer esas cosas y mi polluelo desde siempre deja su plato en la fregadera y lleva la ropa sucia al cesto sin rechistar
.
En lo del ascensor, personalmente no habría cedido (con eso no quiero decir que lo hayas hecho mal), subir 4 plantas con el niño en brazos y tener que volver a bajar a por las bolsas y subirlas de nuevo me parece bastante más engorroso y complicado que intentar buscar un término medio. Si quieres un consejo, la próxima vez puedes explicárselo de manera que lo entienda (
perderíamos tiempo que podemos emplear en jugar, si dejamos las bolsas abajo se las pueden llevar y nos quedamos sin comida, ¿y qué haremos cuando tengas hambre?, entramos en el ascensor y le das tú al botón... lo que se te ocurra, la explicación que crees que pueda entender mejor. En última instancia, cogerle en brazos y meterle en el ascensor, pero cantando, bailando, haciéndole cosquillas o con cualquier tontería, para que no lo vea como un castigo (y en el mejor de los casos, se distrae con algo que haces y evitáis la rabieta).
Besos.
♥ Mamá de dos polluelos que dieron forma a mis sueños y los hicieron realidad ♥
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más... Mi blog: El mundo de Kim