Te cuento una anécdota que no tiene nada que ver con el lenguaje pero que sucedió ayer mismo: hace poco observé que el mío pequeño, tenía como un bulto negro en una encía y llamé al dentista infantil. Yo pensando que si sería una muela podrida que se había quedado ahí enquistada, que si un tumor,q ue si iban a tener que operarle con anestesia total bueno pues la cita con el dentista fue ayer, yo le abrí la boca en pinza al niño (con su consiguiente cabreo) y le dije al dentista con cara melodramática "ahí está, mire mireeee" bueno pues no había NADA sólo el pico de una muela que le estaba saliendo, al parecer el bulto sólo había sido eso, la presión de la muela había oscurecido e inflamado la zona, y yo pensando en tumores y operaciones de vida o muerte. Imagináos mi cara de "glups" Esto para que veas hasta qué punto se puede emparanoiar cualquiera que sea madre con cualquier cosa.