- Dom, 05 Abr 2009, 19:05
#323841
Es increíble. Mi ex-marido se mató anteayer en un accidente en su casa. Por lo visto, estaba arreglando una lámpara y se cayó de la escalera, dándose un mal golpe. Mi amiga (su viuda) está deshecha, claro.
Yo estoy muy rara y es lo que os quiero consultar.
Sé que no me conocéis y es por eso que me atrevo a confesaros mis sentimientos más íntimos. Creo que estoy en estado de shock o algo similar. Cuando lo he visto y he mirado su cara, sus ojos cerrados, su nariz afilada, su pelo... he recordado todo lo bueno que pasamos juntos, cuando nos conocimos, cuando nos enamoramos, nos casamos,cuando perdí nuestro primer hijo, cuando le dije que estaba embarazada de nuevo... he recordado su sonrisas, su cálido tono de voz, su mirada amiga... pero no he sentido en absoluto su muerte.
Incluso me siento mal porque creo que, aunque sea sólo un poco, me he alegrado de que le pasara. Y ese sentimiento sé que es de mala persona, pero yo no soy una mala persona o, hasta ahora, creo que no lo era.
He sentido más mi callado desprecio que su muerte.
He sentido las lágrimas de mi amiga, su mujer. Las he sentido de corazón y me han hecho llorar. He sentido la posición de nuestro hijo, que aún no sabe lo ocurrido porque lo dejé con una de mis hermanas mientras me acerqué al tanatorio. No sé cómo decírselo, si ya mismo, si en unos días, semanas, meses, si aprovechar que hacía tiempo que él no lo veía para decirle que está de viaje...
No tengo ni idea. A lo mejor me pongo a llorar de repente porque él ha muerto, pero no encuentro dentro de mi alma ese resorte que hace que comience el llanto.
Me voy unos días con mis padres de vacaciones, a la montaña. Allí intentaré encontrar esa parte de mí que no encuentro.
Si me podéis echar una mano, os lo agradezco.
Yo estoy muy rara y es lo que os quiero consultar.
Sé que no me conocéis y es por eso que me atrevo a confesaros mis sentimientos más íntimos. Creo que estoy en estado de shock o algo similar. Cuando lo he visto y he mirado su cara, sus ojos cerrados, su nariz afilada, su pelo... he recordado todo lo bueno que pasamos juntos, cuando nos conocimos, cuando nos enamoramos, nos casamos,cuando perdí nuestro primer hijo, cuando le dije que estaba embarazada de nuevo... he recordado su sonrisas, su cálido tono de voz, su mirada amiga... pero no he sentido en absoluto su muerte.
Incluso me siento mal porque creo que, aunque sea sólo un poco, me he alegrado de que le pasara. Y ese sentimiento sé que es de mala persona, pero yo no soy una mala persona o, hasta ahora, creo que no lo era.
He sentido más mi callado desprecio que su muerte.
He sentido las lágrimas de mi amiga, su mujer. Las he sentido de corazón y me han hecho llorar. He sentido la posición de nuestro hijo, que aún no sabe lo ocurrido porque lo dejé con una de mis hermanas mientras me acerqué al tanatorio. No sé cómo decírselo, si ya mismo, si en unos días, semanas, meses, si aprovechar que hacía tiempo que él no lo veía para decirle que está de viaje...
No tengo ni idea. A lo mejor me pongo a llorar de repente porque él ha muerto, pero no encuentro dentro de mi alma ese resorte que hace que comience el llanto.
Me voy unos días con mis padres de vacaciones, a la montaña. Allí intentaré encontrar esa parte de mí que no encuentro.
Si me podéis echar una mano, os lo agradezco.
