La lactancia es difícil llevarla a cabo si no se está convencida, como es mi caso, de que es lo más natural, lo que el bebé necesita, siempre puse el ejemplo de la loba que cría a sus cachorros durmiendo en la misma madriguera, cerca de su cuerpo caliente, protegidos, no imagino a la loba durmiendo en un agujero y sus cachorrillos aparte, la verdad. Pero en fin, la gente lejos de apoyarte hace todo tipo de comentarios cuanto menos molestos que hay que comprender después de todo, ya que la información que poseen no es muy rica.
A los dos años mi hijo no mamaba de día, ni se acordaba, pero de noche mantenía el hábito, como vi que ya sólo era una costumbre empecé a hablarle de que quizá ya no necesitaba la teta para dormirse, que si él quería yo le daba teta, pero que si podía, por favor durmiese sin teta porque yo estaba un poco cansada. Poco a poco funcionó. Luego pasó a su propia habitación y no tardó demasiado en comenzar a dormir más tiempo hasta que lo hizo del tirón.
Cuando nació mi niña tres meses después de dejar la lactancia, volví a comenzar con ella. La historia se ha repetido (pude estar 6 meses sin trabajar, mi trabajo y disgustos me costaron), en cuanto a los frecuentes despertares, solo que ella va a mamar más tiempo y además ha estado durmiendo conmigo en mi cama hasta los dos añitos, quizá para compensar la falta de dedicación exclusiva. Ahora está en la habitación de su hermano, ella me pide teta día y noche frecuentemente y estoy empezando a decirle a veces que no, que estoy cansada, a veces lo consigo, el final de su lactancia se aproxima, y la verdad es que me apena y me alivia a la vez.
Hay que estar muy segura de lo que se desea con la lactancia, hay que estar muy fuerte emocionalmente, comprendo perfectamente que muchas mujeres abandonen. Yo descubrí en mí al llevar a cabo la lactancia de mis hijos lo fuerte que soy, lo importante que soy para mis hijos y lo muchísimo que yo los amo.