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por Malefica
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La psicóloga Yolanda González nos habla en una entrevista sobre crianza y educación respetuosa y nos ayuda a reflexionar sobre el vínculo afectivo entre padres e hijos

La psicóloga clínica Yolanda González se ha convertido en una referencia en cuanto a la divulgación de la Crianza con Apego, la atención a las emociones de los niños y el respeto a los ritmos naturales de nuestros hijos. Ella es también formadora en Promoción de la salud y Prevención infantil, miembro de la Asociación de la teoría del Apego y presidenta de A.P.I.R.

Todos los que conocemos la trayectoria profesional de Yolanda González, sabemos que es la autora del libro ‘Amar sin Miedo a Malcriar’ editado por RBA. Esta obra nos brinda la oportunidad de reflexionar sobe la crianza y educación respetuosa sin tener otras consideraciones más allá del amor por nuestros hijos, nos hará pensar sobre la alegría que necesariamente nos debería acompañar cuando vemos crecer a nuestros hijos, una felicidad que comienza con el nacimiento y que debemos transmitir a los niños sin importar las presiones sociales.

Peques y Más.- ¿Crees que los ritmos de vida en la sociedad actual son incompatibles con un crecimiento saludable en la infancia?

Yolanda González.- Gran parte de la sociedad ha olvidado, que las necesidades emocionales infantiles son las mismas que hace un siglo. Nuestro “modus vivendi” actual, está impregnado por un funcionamiento mecánico, estresante y deshumanizante e ignora que el mundo infantil, no entiende ninguna lógica adulta. No se puede pretender reconciliar lo irreconciliable, es decir, su necesidad de presencia afectiva y emocional y nuestra obligación de trabajar y cuidar. Hay que cambiar “la mirada” radicalmente. Nuestra sociedad está enferma de estrés y de falta de amor.

La infancia, constituye una etapa crítica durante el proceso de formación psicoafectivo. Ser padres y profesionales, requiere de una preparación concreta y continuada, para favorecer y no interferir en este período delicado y crítico para el desarrollo saludable de los bebés y pequeños. Nuestra Sociedad, no nos prepara para un abordaje integral y bio-psico-social de la primera infancia. El vacío de esta preparación, conlleva generalmente la reproducción de modelos educativos, con la consiguiente transmisión intergeneracional de padres a hijos en pautas educativas poco favorecedoras desde la perspectiva de la salud

PyM.- ¿Qué significa respetar los ritmos naturales (de crecimiento) de los niños?, ¿cómo es posible aplicar ésto en la práctica cotidiana?.-

Y.G.- Respetar lo ritmos naturales, significa conocer, comprender y empatizar con las necesidades emocionales infantiles. Ser padres, es mucho más que el reconocimiento biológico. Ser padres, requiere reflexión, formación y observación de la interacción con los pequeños en formación. Se trata de observar y comprender, no sólo sus respuestas sino las causas que originan cualquier comportamiento.

Pero también se trata de observar nuestras propias respuestas. ¿Cuántas veces, somos nosotros los que nos “enganchamos” en una rabieta o cualquier expresión emocional,? y abandonamos nuestra posición de adultos que comprenden y contienen, que es la que corresponde. ¿Cuantas veces, expresamos más rabia que la que exteriorizan los pequeños, pretendiendo “educarles”... ? Y en esta linea, podríamos exponer decenas de ejemplos.

PyM.-¿Qué problemas – que estén relacionados con la falta de apego y de satisfacción de sus necesidades básicas – presentan los niños?

Y.G. Los siete primeros años, son vitales para la formación de un ser humano. Lo son, porque es la fase del desarrollo en la que se estructura el carácter (manera de ser). Se habla mucho del apego, pero se conoce poco como favorecer el vínculo seguro entre padres-hijos. El objetivo de la crianza y educación, debiera ser formar personalidades fuertes, que no duras, con un vínculo seguro. Y para ello, es fundamental, la disponibilidad afectiva y la presencia emocional y física en los primeros años de vida. Al menos, los tres o cuatro años iniciales, debieran de ser prioritarios en la atención infantil, para garantizar una adecuada interacción padres e hijos

PyM.- ¿Qué se entiende por frustración infantil?, y ¿cuáles son sus orígenes?

Desde la Prevención de trastornos emocionales diversos y del sufrimiento estéril de los pequeños (consecuencia de diversos factores y de la ausencia formativa de los adultos), pretendemos potenciar criterios favorecedores de la salud infanto-juvenil. A través de un contínuo y continuado abordaje que comienza con los padres

Y.G.- La frustración es consustancial con la vida. No hay que “frustrar” intencionadamente a nivel emocional para crecer, como muchos opinan. Lo que es fundamental, es distinguir entre una frustración emocional y una cultural. La primera, no debiera de darse: todos necesitamos amor, “sin miedo a malcriar”. La segunda, tiene que ver con nuestra cultura: tv., chuches, etc, no son necesarios para la maduración personal y pueden limitarse aunque creen frustración.

PyM.- ¿Cuál crees que es la causa (o las causas) de que a los niños se les nieguen las atenciones que necesitan por parte de sus padres?, ¿está esto relacionado con las obligaciones laborales?

Y.G.- Las causas son múltiples. NO debemos simplificar nunca, cuando hablamos de interacción padres hijos. Por eso, considero fundamental, ver a la familia antes de sugerir cualquier cambio. Entre las causas, puede haber:

- Una falta de atención afectiva en la propia infancia.

- La creencia de que la prsencia no es tan importante.

- La falta de alternativas.

- El aislamiento familiar.

- Las informaciones interesadas, que deforman las necesidades infantiles.

Está claro, que si los padres están formados, y han tenido una buena base infantil, probablemente, tienen más posibilidades de atender más adecuadamente a sus hijos. Trabajar cuando los peques son demasiado peques, es una necesidad de los padres, no de los hijos. Cada uno tiene que ver, cómo solventar esa realidad, intentando cambiar el “chip”“. Aunque no siempre sea posible.

Esta reproducción de modelos significa, que de forma más o menos inconsciente, volvemos a repetir “el como” de la interacción que tuvimos con nuestros propios padres en relación a nuestros hijos, siendo probablemente poco satisfactoria para el bienestar integral de los mismos

PyM.- Desde el punto de vista de la prevención ¿qué medidas se podrían adoptar?

Y.G.- Muchísimas. Habría que elaborar un manifiesto de los derechos de la primera infancia, destinados a favorecer el vínculo seguro.

PyM.- Desde el punto de vista de la solución de problemáticas concretas: ¿qué pautas deberían adoptar las familias?

Y.G.- Yo no puedo hablar de “deberes”. Sino de invitación a cambiar el “chip”. A reflexionar sobre las necesidades de los pequeños y a comprender que la infancia dura unos años y merece la pena acompañarles con lo mejor de nosotros mismos.

PyM.- ¿Qué crees que necesitan los niños para crecer saludablemente y ser felices?

Y.G.- Ser escuchados, respetados y aceptados. Ser muy amados y sentirse acompañados, sin sentimientos de abandono innecesarios. Poder explorar y descubri el mundo, con la presencia de las personas que más adoran: sus padres. Luego, vendrá el mundo exterior, la socialización y los amigos.

Pero no olvidemos la base: la interacción afectiva de los papás con sus pequeños.

Una vez finalizada la entrevista nos gustaría agradecer a Yolanda González el valioso tiempo que nos ha dedicado. Es muy importante que haya hablado para nosotros del vínculo afectivo entre padres e hijos, de reflexionar sobre nuestras propias emociones y comportamientos, y de necesidades infantiles. A los padres en ocasiones nos hacen falta apoyos, cada uno debe buscar la manera de encontrar nuestras carencias y abordarlas.

Miss Maléfica dixit.
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