–Tiene sed. ¿No lo ves?
Y claro que le doy todo lo que pide. ¿De qué modo sino va a aprender qué hay en el mundo? Es una niña curiosa, solo tiene 13 meses y va con su dedito señalando. En brazos, miramos a ver qué es. Le digo cómo se llama, de qué color es, para qué sirve. Se lo dejo, si es "peligroso" la vigilo no se lo meta en la boca y si lo hace le digo "No", suavemente moviendo la cabeza y poniendo carita de sorpresa. Y se lo quita de la boca. Además, si no estoy con ella, no la entiendo. YO sé que tiene sed. Tú solo ves un bebé que te "molesta".
—Esta niña debería dejar de hacer guarradas con la comida.
—Tiene 13 meses.
Gran diferencia entre educar y evitar. Si educas, te implicas, te enguarras, te enfadas, te emocionas... si evitas consigues que no te molesten, para nada; luego no te quejes cuando sea adolescente y no te cuente nada.
—Si la coges, ya no te la quitas de encima.
—Está mala, necesita mimos.
(Pues claro que quiere que la coja! ¿De donde sales que no sabes que los bebés van en brazos? Y cuantos más brazos tenga, mejor. Y más besitos, y más abracitos. O que quieres que aprenda: a pegar, a morder. a chillar?
Además, si pide brazos es porque los necesita; si no se los doy yo, ¿quién?
—A ver si para la próxima vez que la veo, ya habla.
—A ver si la próxima vez que te veo, sabes hacer logaritmos neperianos.
(no comment)