Hasta ahora gateaba a toda velocidad, dominaba el arte de machacarse las rodillas por todo tipo de superficie, madera, baldosa, hormigón, guijarros...sin inmutarse. Se ponía de pié donde a él le apeteciera...vamos, un terremoto. Pero desde el sábado, lo que le apetece es andar, de la manita, pero andar, no gatear. Otro punto de vista para él, un salto adelante para mí. Se hace mayor, casi un añito ya.
Y además, el sábado descubrió la luna...uh, uh, uh, señalando con su manita mirando arriba...yo pensaba que había visto pasar algún pajaro volando...hasta que me di cuenta de que se había fijado en la luna mora blanca en el cielo azul. Me emocionó...
Besitos.