El mejor lugar para hablar de nuestras cosas, presentarnos si acabamos de llegar o organizar quedadas.

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por pau
#42894 Gracias por vuestro apoyo.
Hoy hemos hablado con nuestra pediatra y nos ha dado su punto de vista. Viene a ser que ni tanto ni tan poco, es decir un punto intermedio. Que el metodo Estivill no, pero que a la vez veia un poco exagerada la idea de que por llorar un poco se pudiesen traumatizar y que en ciertas situaciones les va bien porque aprenden a controlar sus emociones y a tener recursos própios. Como cuando cojen una rabieta, y cuando ha pasado todo y se serenan, abrazarlos y achucharlos mucho.
Segun ella si no se ponen ciertos límites, después se paga y que actualmente se observa en muchos adolescentes y sus actitudes.

Más tarde a mi mujer le he leido el capítulo del libro de "Dormir sin lágrimas" donde se explica el sock que sufren ante una situación de adiestramiento y me ha dicho que no se extraña que yo esté asustado, insiste que ella no defiende el método de dejar llorar a lo Estivill pero que lo otro también lo ve un poco exagerado, y que por tener todo el dia la niña en brazos (que no es cierto) ahora no para de reclamarme y llorar por nada, cosa que antes no hacia. Yo le he explicado que no la tengo todo el dia en brazos y que eso es normal, y que a veces si la niña se le enfada porque no quiere que la estires para cambiar el pañal, a mi me hace lo mismo y la distraigo y me evito una rabieta.
Bueno... supongo que estos dias se ha ido haciendo una bola cada vez más grande y yo la veia a ella cada vez más en el extremo de lo estricto y ella a mi cada vez más en el extremo de lo permisivo. Lo bueno es que hemos podido hablar y reencontrarnos en un punto intermedio. No será facil porque ambos tenemos caracteres muy fuertes pero estamos viendo que con broncas no arreglamos nada.

Un abrazo



Bueno... en resumen, que
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por mariquilla
#42910 Pau, a lo mejor te lío más:
:!: Una pediatra sabe de virus, -itis, enfermedades...pero en la educación de tu hijo no se debe meter, porque ella no es nadie.
:!: Aquí no dejamos llorar, ni un poquito ni un muchito. Se trata de que el niño vea que la respuesta de sus padres es rápida. Hbrás leído lo de los padres responsivos y la tranquilidad que eso le da al bebé...
:!: La actitud egoísta y difícil de los adolescentes no tiene su origen en no haber dejado llorar cuando eran bebés, está en haberlos malcriado.
:!: Para mí, se malcría a un niño cuando no se le enseña a respetar a los demás, cuando se le compra miles de cosas porque nos sentimos culpables de no estar con ellos, y sustituímos nuestro tiempo con juguetes, cuando damos recompensas materiales a sus buenas acciones (es decir, le enseñamos a portarse bien porque eso tiene premio) cuando no somos capaces de mantenernos firmes en alguan decisión y cedemos con tal de no escucharlos (me refiero a cuando uno tiene que ser inflexible, que a lo mejor es en dos o tres cosas y ya está)....nada tiene que ver con dejarlo llorar porque así comprenderá que la vida es dura, sacrificio, renuncia....vamos, el sargento de hierro.
:!: Tener a tu hijo en brazos lo hará más feliz, no m´s caprichoso. Hasta los tres años tu hijo no tiene conciencia clara de ser algo diferente y separado de su madre....Yo también escucho mucho lo de que ñle tengo quitar pronto los caprichos...Los brazos y el amor de su madre y de su padre no son un capricho. Son una necesidad.
:!: No lloran para manipular, llorar para comunicarse, desahogarse, reclamarte, protestar, si quieres, pero mi niño no me manipula.
:!: En la guardería me dijeron, entre otras cosas, que se notaba que era un niño muy feliz. Eso me corroboró que lo estoy haciendo muy bien.

Permíteme un consejo, Pau, sigue tu instinto, nunca tomes una decisión si no estás convencida de ella. Es muy duro equivocarse por seguir consejos de los demás...y a tu pediatra ni caso, que se acupe de medirla y de pesarla, que de su educación ya os ocupáis vosotros ( a mí la mía me dijo que a mi niño había que meterlo en vereda, con 13 meses...en la guardería me han dicho que es un niño tranquilo, pacífico, obediente y que no se pelea con nadie...)

Mamá de JULIO (3/12/2004)
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por janf57
#42918 Como muy bien ha dicho mariquilla, aqui pensamos y defendemos (como estaras notando), el dar el cariño que pidan y que pensamos que necesitan nuestros hijos, eso nunca va a ser negativo.
Para ello a demás de nuestra intuición, nos apoyamos en expertos que defienden nuestra postura. Aqui te pongo un articulo de Carlos Gonzalez (el artículo corresponde con un capítulo del libro que recomende). Lo que mas me gusta, es que vemos a nuestros hijos como lo que son sin mas, son nuestros hijos y ellos quieren recibir cariñño, y nosotros queremos darselo, y eso es lo natural y lo correcto.
A ver si se van desterrando las frases del metodito del :twisted: , en el que se dicen que nuestros hijos son unos tiranos capaces de vomitar para someter nuestra voluntad a su antojo, por dioooooos, si es que suena ridiculo cuando lo escribes.
Lo dicho, da amor a tu hijo, y a tu mujer, que ninguno de los dos se va a acostumbrar mal por recibir abrazos y besos.

Tu hijo... es una buena persona, por Dr. Carlos González

Cuando una esposa afirma que su marido es muy bueno, probablemente es un hombre cariñoso, trabajador, paciente, amable... En cambio, si una madre exclama "mi hijo es muy bueno", casi siempre quiere decir que se pasa el día durmiendo, o mejor que "no hace más que comer y dormir" (a un marido que se comportase así le llamaríamos holgazán). Los nuevos padres oirán docenas de veces (y pronto repetirán) el chiste fácil: "¡Qué monos son... cuando duermen!"

Y así los estantes de las librerías, las páginas de las revistas, las o­ndas de la radio, se llenan de "problemas de la infancia": problemas de sueño, problemas de alimentación, problemas de conducta, problemas en la escuela, problemas con los hermanos... Se diría que cualquier cosa que haga un niño cuando está despierto ha de ser un problema.
Nadie nos dice que nuestros hijos, incluso despiertos (sobre todo despiertos), son gente maravillosa; y corremos el riesgo de olvidarlo. Aún peor, con frecuencia llamamos "problemas", precisamente, a sus virtudes.


Tu hijo es generoso

Marta juega en la arena con su cubo verde, su pala roja y su caballito. Un niño un poco más pequeño se acerca vacilante, se sienta a su lado y, sin mediar palabra (no parece que sepa muchas) se apodera del caballito, momentáneamente desatendido. A los pocos minutos, Marta decide que en realidad el caballito es mucho más divertido que el cubo, y lo recupera de forma expeditiva. Ni corto ni perezoso, el otro niño se pone a jugar con el cubo y la pala. Marta le espía por el rabillo del ojo, y comienza a preguntarse si su decisión habrá sido la correcta. ¡El cubo parece ahora tan divertido!

Tal vez la mamá de Marta piense que su hija "no sabe compartir". Pero recuerde que el caballito y el cubo son las más preciadas posesiones de Marta, digamos como para usted el coche. Y unos minutos son para ella una eternidad. Imagine ahora que baja usted de su coche, y un desconocido, sin mediar palabra, sube y se lo lleva. ¿Cuántos segundos tardaría usted en empezar a gritar y a llamar a la policía? Nuestros hijos, no le quepa duda, son mucho más generosos con sus cosas que nosotros con las nuestras.

Tu hijo es desinteresado

Sergio acaba de mamar; no tiene frío, no tiene calor, no tiene sed, no le duele nada... pero sigue llorando. Y ahora, ¿qué más quiere?
La quiere a usted. No la quiere por la comida, ni por el calor, ni por el agua. La quiere por sí misma, como persona. ¿Preferiría acaso que su hijo la llamase sólo cuando necesitase algo, y luego "si te he visto no me acuerdo"? ¿Preferiría que su hijo la llamase sólo por interés?
El amor de un niño hacia sus padres es gratuito, incondicional, inquebrantable. No hace falta ganarlo, ni mantenerlo, ni merecerlo. No hay amor más puro. El doctor Bowlby, un eminente psiquiatra que estudió los problemas de los delincuentes juveniles y de los niños abandonados, observó que incluso los niños maltratados siguen queriendo a sus padres.

Un amor tan grande a veces nos asusta. Tememos involucrarnos. Nadie duda en acudir de inmediato cuando su hijo dice "hambre", "agua", "susto", "pupa"; pero a veces nos creemos en el derecho, incluso en la obligación, de hacer oídos sordos cuando sólo dice "mamá". Así, muchos niños se ven obligados a pedir cosas que no necesitan: infinitos vasos de agua, abrir la puerta, cerrar la puerta, bajar la persiana, subir la persiana, encender la luz, mirar debajo de la cama para comprobar que no hay ningún monstruo... Se ven obligados porque, si se limitan a decir la pura verdad: "papá, mamá, venid, os necesito", no vamos. ¿Quién le toma el pelo a quién?

Tu hijo es valiente

Está usted haciendo unas gestiones en el banco y entra un individuo con un pasamontañas y una pistola. "¡Silencio! ¡Al suelo! ¡Las manos en la nuca!" Y usted, sin rechistar, se tira al suelo y se pone las manos en la nuca. ¿Cree que un niño de tres años lo haría? Ninguna amenaza, ninguna violencia, pueden obligar a un niño a hacer lo que no quiere. Y mucho menos a dejar de llorar cuando está llorando. Todo lo contrario, a cada nuevo grito, a cada bofetón, el niño llorará más fuerte.

Miles de niños reciben cada año palizas y malos tratos en nuestro país. "Lloraba y lloraba, no había manera de hacerlo callar" es una explicación frecuente en estos casos. Es la consecuencia trágica e inesperada de un comportamiento normal: los niños no huyen cuando sus padres se enfadan, sino que se acercan más a ellos, les piden más brazos y más atención. Lo que hace que algunos padres se enfaden más todavía. Si que huyen los niños, en cambio, de un desconocido que les amenaza.

Los animales no se enfadan con sus hijos, ni les riñen. Todos los motivos para gritarles: sacar malas notas, no recoger la habitación, ensuciar las paredes, romper un cristal, decir mentiras... son exclusivos de nuestra especie, de nuestra civilización. Hace sólo 10.000 años había muy pocas posibilidades de reñir a los hijos. Por eso, en la naturaleza, los padres sólo gritan a sus hijos para advertirles de que hay un peligro. Y por eso la conducta instintiva e inmediata de los niños es correr hacia el padre o la madre que gritan, buscar refugio en sus brazos, con tanta mayor intensidad cuanto más enfadados están los progenitores.

Tu hijo sabe perdonar

Silvia ha tenido una rabieta impresionante. No se quería bañar. Luchaba, se revolvía, era imposible sacarle el jersey por la cabeza (¿por qué harán esos cuellos tan estrechos?). Finalmente, su madre la deja por imposible. Ya la bañaremos mañana, que mi marido vuelve antes a casa; a ver si entre los dos...

Tan pronto como desaparece la amenaza del baño, tras sorber los últimos mocos y dar unos hipidos en brazos de mamá, Silvia está como nueva. Salta, corre, ríe, parece incluso que se esfuerce por caer simpática. El cambio es tan brusco que coge por sorpresa a su madre, que todavía estará enfadada durante unas horas. "¿Será posible?" "Mírala, no le pasa nada, era todo cuento".

No, no era cuento. Silvia estaba mucho más enfadada que su madre; pero también sabe perdonar más rápidamente. Silvia no es rencorosa. Cuando Papá llegue a casa, ¿cuál de las dos se chivará? ("Mamá se ha estado portando mal..."). El perdón de los niños es amplio, profundo, inmediato, leal.

Tu hijo sabe ceder

Jordi duerme en la habitación que sus padres le han asignado, en la cama que sus padres le han comprado, con el pijama y las sábanas que sus padres han elegido. Se levanta cuando le llaman, se pone la ropa que le indican, desayuna lo que le dan (o no desayuna), se pone el abrigo, se deja abrochar y subir la capucha porque su madre tiene frío y se va al cole que sus padres han escogido, para llegar a la hora fijada por la dirección del centro.

Una vez allí, escucha cuando le hablan, habla cuando le preguntan, sale al patio cuando le indican, dibuja cuando se lo ordenan, canta cuando hay que cantar. Cuando sea la hora (es decir, cuando la maestra le diga que ya es la hora) vendrán a recogerle, para comer algo que otros han comprado y cocinado, sentado en una silla que ya estaba allí antes de que él naciera.

Por el camino, al pasar ante el quiosco, pide un "Tontanchante", "la tontería que se engancha y es un poco repugnante", y que todos los de su clase tienen ya. "Vamos, Jordi, que tenemos prisa. ¿No ves que eso es una birria?" "¡Yo quiero un Totanchante, yo quiero, yo quiero...!" Ya tenemos crisis.

Mamá está confusa. Lo de menos son los 20 duros que cuesta la porquería ésta. Pero ya ha dicho que no. ¿No será malo dar marcha atrás? ¿Puede permitir que Jordi se salga con la suya? ¿No dicen todos los libros, todos los expertos, que es necesario mantener la disciplina, que los niños han de aprender a tolerar las frustraciones, que tenemos que ponerles límites para que no se sientan perdidos e infelices? Claro, claro, que no se salga siempre con la suya. Si le compra ese Tontachante, señora, su hijo comenzará una carrera criminal que le llevará al reformatorio, a la droga y al suicidio.

Seamos serios, por favor. Los niños viven en un mundo hecho por los adultos a la medida de los adultos. Pasamos el día y parte de la noche tomando decisiones por ellos, moldeando sus vidas, imponiéndoles nuestros criterios. Y a casi todo obedecen sin rechistar, con una sonrisa en los labios, sin ni siquiera plantearse si existen alternativas. Somos nosotros los que nos "salimos con la nuestra" cien veces al día, son ellos los que ceden. Tan acostumbrados estamos a su sumisión que nos sorprende, y a veces nos asusta, el más mínimo gesto de independencia. Salirse de vez en cuando con la suya no sólo no les va hacer ningún daño, sino que probablemente es una experiencia imprescindible para su desarrollo.

Tu hijo es sincero

¡Cómo nos gustaría tener un hijo mentiroso! Que nunca dijera en público "¿Por qué esa señora es calva?" o ¿Por qué ese señor es negro?" Que contestase "Sí" cuando le preguntamos si quiere irse a la cama, en vez de contestar "Sí" a nuestra retórica pregunta "¿Pero tú crees que se pueden dejar todos los juguetes tirados de esta manera?"

Pero no lo tenemos. A los niños pequeños les gusta decir la verdad. Cuesta años quitarles ese "feo vicio". Y, entre tanto, en este mundo de engaño y disimulo, es fácil confundir su sinceridad con desafío o tozudez.

Tu hijo es buen hermano

Imagínese que su esposa llega un día a casa con un guapo mozo, más joven que usted, y le dice: "Mira, Manolo, este es Luis, mi segundo marido. A partir de ahora viviremos los tres juntos, y seremos muy felices. Espero que sabrás compartir con él tu ordenador y tu máquina de afeitar. Como en la cama de matrimonio no cabemos los tres, tú, que eres el mayor, tendrás ahora una habitación para tí solito. Pero te seguiré queriendo igual". ¿No le parece que estaría "un poquito" celoso? Pues un niño depende de sus padres mucho más que un marido de su esposa, y por tanto la llegada de un competidor representa una amenaza mucho más grande. Amenaza que, aunque a veces abrazan tan fuerte a su hermanito que le dejan sin aire, hay que admitir que los niños se toman con notable ecuanimidad.

Tu hijo no tiene prejuicios

Observe a su hijo en el parque. ¿Alguna vez se ha negado a jugar con otro niño porque es negro, o chino, o gitano, o porque su ropa no es de marca o tiene un cochecito viejo y gastado? ¿Alguna vez le oyó decir "vienen en pateras y nos quitan los columpios a los españoles"? Tardaremos aún muchos años en enseñarles esas y otras lindezas.

Tu hijo es comprensivo

Conozco a una familia con varios hijos. El mayor sufre un retraso mental grave. No habla, no se mueve de su silla. Durante años, tuvo la desagradable costumbre de agarrar del pelo a todo aquél, niño o adulto, que se pusiera a su alcance, y estirar con fuerza. Era conmovedor ver a sus hermanitos, con apenas dos o tres años, quedar atrapados por el pelo, y sin gritar siquiera, con apenas un leve quejido, esperar pacientemente a que un adulto viniera a liberarlos. Una paciencia que no mostraban, ciertamente, con otros niños. Eran claramente capaces de entender que su hermano no era responsable de sus actos.

Si se fija, observará estas y muchas otras cualidades en sus hijos. Esfuércese en descubrirlas, anótelas si es preciso, coméntelas con otros familiares, recuérdeselas a su hijo dentro de unos años ("De pequeño eras tan madrugador, siempre te despertabas antes de las seis...") La educación no consiste en corregir vicios, sino en desarrollar virtudes. En potenciarlas con nuestro reconocimiento y con nuestro ejemplo.

La semilla del bien

Observando el comportamiento de niños de uno a tres años en una guardería, unos psicólogos pudieron comprobar que, cuando uno lloraba, los otros espontáneamente acudían a consolarle. Pero aquellos niños que habían sufrido palizas y malos tratos hacían todo lo contrario: reñían y golpeaban al que lloraba. A tan temprana edad, los niños maltratados se peleaban el doble que los otros, y agredían a otros niños sin motivo ni provocación aparente, una violencia gratuita que nunca se observaba en niños criados con cariño.

Oirá decir que la delincuencia juvenil o la violencia en las escuelas nacen de la "falta de disciplina", que se hubieran evitado con "una bofetada a tiempo". Eso son tonterías. El problema no es falta de disciplina, sino de cariño y atención, y no hay ningún tiempo "adecuado" para una bofetada. Ofrézcale a su hijo un abrazo a tiempo. Miles de ellos. Es lo que de verdad necesita.

Autor: Dr. Carlos González, pediatra
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por mariquilla
#42953 Precisamente, el problema no son la falta de límite, sino la falta de abrazos, de cariño, de tiempo dedicado en exclusiva a los hijos, a jugar y a aprender con ellos.

Mamá de JULIO (3/12/2004)
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por Arantxa deJuan
#42972 Pau, muchos ánimos, eres un papá genial :clap: :clap: :clap:
Yo creo que si le vas diciendo cositas poco a poco le irá calando, porque al fin y al cabo el instinto lo debe tener, aunque esté tapado al fondo de muuuchos métodos e ideas mal-aprendidas. Y al final, creo que le cogerá el gustillo de tener entre sus brazos esa maravilla que es un bebé, y más si es tu propio hijo.

Mientras vas haciendo tu "trabajo", sin machacar pero sin pausa, tú puedes hacerte cargo de dormirla, como has explicado, y de sus noches, para que no llore.

Me impresiona cómo te implicas en tu paternidad. Enhorabuena y no decaigas!!!

Ah y el artículo de Carlos González, me encanta. Ya lo había leído un par de veces, pero lo leería unas cuantas más. De hecho creo que lo leeré cada 6 meses, jejejjje. :mrgreen:

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por pau
#42986 Gracias Mariquilla, tus palabras me han hecho reflexionar. Todavia no habia leido la parte de ser responsivo y estoy totalmente de acuerdo.
Pero tengo la sensación que he de convencer a mi mujer y a su entorno más directo, de que esto es bueno y me cansa.
No quiero que esto se convierta en una lucha, porque nos aleja más y refuerza su convicción. Lucharia firmemente si ella quisiese aplicar Estivill, pero de momento, deberé aceptar que quiera marcar sus pautas cuando esté ella con la niña como yo lo haré cuando esté con ella. Espero que con un poco de tiempo y paciencia todo mejore. Pensad que mi mujer siempre acude cuando la niña llora aunque no corra por el pasillo como hacia yo al principio :D , pero a veces tiende a reconducirlo sin sincronizar ni empatizar. Vamos que incluso tengo la sensación que quiere que la niña sea mayor y independiente y por ello hay que ser más firme. :(
Por suerte puedo dedicar bastante tiempo a mi hija y no le faltarán mis abrazos, besos, brazos, achuches, compañia, cariño, etc, etc, etc...
Y no porqué lo haya leido seré responsivo sino porque me sale del corazón. Y tal como dices, José Antonio, dar mucho cariño a las dos. Por cierto, muy interesante el Artículo de Carlos Gonzalez. Tengo mucho que aprender.
Un abrazo.
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por pau
#42987 Gracias Arancha.
Vuestro apoyo me emociona.
Besos.
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por mariquilla
#42990 Pau, eres muy sensato. No luches de frente con tu mujer, porque no os traerá nada más que discusones. Tú deja caer, por aquí, por allá. Lo de luchar contra todos, bueno, así estamos todos por aquí, no creas. Mi marido y yo somos una piña, pero fuera de ahí, pues de todo he escuchado. Pero se aprende a no escuchar.
En fin, que lo que quieras, aquí estamos :wink:

Mamá de JULIO (3/12/2004)
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por solecilla
#42994 un abrazo pau. verás, esa sensación de hartazgo que tienes de tener que convencer a tu mujer de tu estilo de criqnza, lo tienen muchas madres del foro con los papas, y para no discutir, acaban haciendos cargo de todo, para que el peque no moleste al padre y no oir eso de "la culpa es tuya por acostumbrarle".

la unica manera de que un niños se haga independiente es darle la seguridad de que sois una base firme que siempre estará para el. de forma que no le de miedo alejarse. eso se consigue con muchos brazos.

y finalmente: los niños cuyo llanto no es atendido con sensibilidad y procurando entender sus demandas (o sea, no vale ir si no intentas darle solución), crecen pensando que estas no tiene derecho a ser atendidas, y que, por tanto, las de los demás tampoco, y son los adolescentes egoistas y poco empaticos, centrados en sus propios problemas de los que hablais.

RECUERDA: las recomendaciones del foro NO PUEDEN sustituir a la consulta con un medico (NI LO PRETENDEN)
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por pau
#43165 Hoy he hablado con Rosa Jove y ha sido una experiencia maravillosa. Rebosa de ternura, cariño y comprensión. Que suerte tienen sus hijos!

gracias solecilla por tu apoyo, es curioso como ha arraigado la creencia de que consolar siempre a tu hijo lo volverá caprichoso y egoista cuando realmente es lo contrario

besos mariquilla, es muy agradable contar con gente como vosotr@s
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por pau
#43352 Ya os he explicado que a mi me criaron sin dejarme llorar y a mi mujer al revés. No sabria decir hasta que extremo, pero lo fundamental es lo que importa.
Bueno... después de hablar un poco con mi mujer llego a la conclusión de que ella ve que lo que está ocurriendo es porque tengo un problema y es que soy una persona dependiente por la forma en que me criaron y yo el problema lo veo en ella como una persona con falta de empatia y/o capaz de bloquear sus emociones ante el llanto de nuestra niña.
La verdad es que lo veo muy dificil y más todavia cuando sus refuerzos son su madre que la crió y su hermana, que es psicologa y a modo de ejemplo os diré que nos aconsejó que dejasemos vomitar a la niña y en 3 dias lo teniamos solucionado. Por suerte, ante mi negativa, mi mujer no se lo tomó como única solución.
Ahora tenemos problemas porque soy responsivo y la niña me reclama y "esto está pasando por mi culpa"....
y dar margen y saber a mi hija su madre la dejará llorar para que sea más fuerte e independiente, pues que quereis que os diga... es muy jodido!

Bueno, esto ha sido un desahogo, a parte de vuestro apoyo tambien vamos a intentar solucionarlo mediante especialistas ya que nos resulta dificil hablar.
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por cani
#43382 Pau, es una pena que marido y mujer no estén de acuerdo en la forma de crianza de su hijo, es una difícil labor la que tienes de "convencer" a tu mujer de que no estás malcriando a tu hija...

Yo intentaría ir poco a poco leyéndole cositas (como le leíste el capítulo de dormir sin lágrimas), ya que ella de por sí no las va a leer. Empieza por cosas que no se vean muy "radicales" y así poco a poco.

Ánimo y enhorabuena por ser como eres :fl

Cani+Patri 9/12/2004
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por pau
#43457 Gracias cani,

Voy a intentar ir poco a poco, aunque reconozco que por el bien de mi hija ansío que ya se produzcan cambios.
Intentaré ser paciente.

Besos.
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por Alexia
#43477 Hola Pau! te he estado leyendo y me pareces un padre muy valiente por no doblegarte para nada ante la adversidad y se que debe ser muy difícil porque por un lado está tu compañera y por el otro tu hija, ambas lo más importante para tí. Se me ocurre que, dices que hablaste con Rosa Jové, ¿no podrías hacer que tu mujer hablara un rato con ella? Quizá si le comentas previamente tu problema... no sé qué tipo de relación tengas con Jové, pero si te es posible podrías intentarlo. Muchos ánimos y sigue así. Nada de lo que se haga con el corazón puede ser malo para nuestros pequeños. Muchos besos :fl

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por pau
#43500 Gracias Alexia,

Estoy en ello y voy a intentar que hable con ella, pero mi insistencia de estos dias ha creado un cierto rechazo en mi mujer.
Ahora voy a esperar un poco que se relaje nuestra tensión y tan pronto podamos, haremos terapia de pareja.

Gracias por vuestro cariño.
:fl