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por chikilau
#380555 de éstas recomendaciones escritas por un pediatra? ¿es correcto o exagerado?
¿qué opinais? :???:

“Mi niño no me come nada”.

Es el problema (no enfermedad) más frecuente por el que consultan los padres y cuidadores de menores de 4 años.

Pone a prueba la paciencia de cualquiera, porque además es evidente, lo que hace que todo el que hay a su alrededor quiera "solucionarle" el problema a los padres.

La exposición del problema cuando me lo dicen en la consulta suele terminar con una de estas dos coletillas:

- ¿No le podría mandar unas vitaminas?
O
- Le he dado "tales vitaminas" y mientras se las ha tomado ha comido (en el mejor de los casos), pero ya he dejado de dársela y está de nuevo igual.

¿Que se hace entonces?

Desde luego no mandarle "vitaminas".

Las "vitaminas" que hay en el mercado son de dos tipos:

- Complejos vitamínicos: Se dieron con más frecuencia en épocas anteriores en las que aún se veían en nuestro país los efectos del hambre.

En realidad están indicadas en situaciones en las que pese a comer de forma adecuada hay una enfermedad que impide que se absorba una vitamina en concreto o todas en general (por ejemplo personas a las que se ha extirpado una parte del intestino por un cáncer).
Estas vitaminas no dan hambre.
La única razón por la que las mandan algunos médicos es intentando suplir parte de las faltas que hay en la dieta del niño.
Son un parche, porque el niño no va a tomarlas toda la vida, y porque hay otros muchos componentes de una dieta sana que toma mal y son tan necesarios o más que las vitaminas.

- Antianoréxicos: Son fármacos cuya función es abrir el apetito, lo que hacen actuando a nivel cerebral sobre algunas sustancias que regulan el funcionamiento de las neuronas (serotonina).
Sus efectos secundarios no están claros y en cualquier caso no se pueden dar de forma indefinida.Aunque un día se descubriera un fármaco que de forma infalible diera ganas de comer y se pudiese tomar durante toda la infancia tampoco estaría indicado.
Porque no soluciona el problema de base.
Sería como tener un tumor cerebral y conformarnos con tomar simplemente algo que nos quite el dolor pensando que si no duele ya no hay tumor.

Bueno, pues después de descubrir que todo lo que hemos hecho hasta ahora no sirve, ¿qué pasa? ¿Es que el problema no tiene solución?

Pues si. La tiene, pero es más complicada que dar un jarabe.
Tiene la ventaja, eso si, de que es más fácil de aplicar cuanto más desesperados estén los padres y cuantos más "remedios milagrosos" hallan probado ya.
Hay que tener claras varias cuestiones antes de empezar:

1º Edad: Hay varias épocas claves en las que suele aparecer el problema:

- Antes de la introducción de la alimentación complementaria, cuando aún toma sólo leche.
- A partir de la introducción de la alimentación complementaria.
- A partir de la pubertad.

El primer grupo es el menos frecuente, son lactantes que no toman bien la leche, que es su único alimento.
Hay que distinguir un punto clave:
¿Ganan peso o no?

Los que ganan peso es que comen lo que necesitan (aunque no sea todo lo querrían sus padres).
En ese caso el problema no es del niño, sino de los padres que deben entender que piensen lo que piensen, independientemente de lo que diga la experta cuñada, abuela o vecina o hayan leído, el niño come lo que necesita y no tiene porqué comer más.
Otro motivo de tener un peso normal y la sensación de que no come bien es el cólico del lactante: Son muy ansiosos comiendo pero al poco de empezar a comer lo dejan enfadados y en menos de una hora están de nuevo llorando y se vuelven a poner a comer con mucha ansiedad para volver a dejarlo enfadados enseguida.
Su problema es que al comer con tanta ansiedad, enseguida se empachan entre leche y gases.
Le duele la barriga porque el estómago está para reventar, pero como gran parte de lo que ha tragado es aire, sigue con hambre, y al intentar tragar y ver que no puede porque le duele, se cabrea.
Y al no poder acabar de comer a gusto al poco rato vuelve a tener hambre y se pone cada vez con más desesperación a comer porque no consigue saciarse.
Los que no comen bien y no ganan peso son los que deben ser estudiados para descartar, entre otras cosas, infecciones de orina, intolerancia alimentaria o problemas del metabolismo.

El último grupo de edad (en la pubertad) es el que realmente puede corresponder a anorexia nerviosa, siendo su tratamiento fundamentalmente psicológico.

Dejo para el último el grupo de en medio, porque es el más frecuente y con diferencia el que creo que se enfoca peor, tanto por los padres como por muchos médicos.

Todo lo que voy a explicar a partir de ahora es aplicable a este grupo:
Los niños que empezaron a comer mal a partir de la introducción de la alimentación complementaria (sobre todo a partir del segundo año, cuando ya estaréis desesperados y el niño debería comer de todo).
2º Todos los seres vivos de este planeta han desarrollado a lo largo de su evolución un instinto que garantiza su supervivencia: el hambre.
Tu hijo no es una excepción.
3º Es un problema cada vez más frecuente, como lo es también la obesidad infantil (son dos caras del mismo problema).
Y dado que no es causado por una epidemia de "virus quitahambre-engordaniños", la causa debe estar en una serie de cambios sociales cada vez más evidentes:
- La excesiva oferta de alimentación en nuestra sociedad.
Sobretodo a costa de alimentos elaborados de fácil ingesta y sabor agradable en los que prima la capacidad de venderlos (y para ello los gustos de los niños) sobre la calidad nutritiva: Refrescos, zumos, batidos, derivados lácteos, bollería industrial, frutos secos y demás chucherías...
La edad a la que los niños empiezan a tomar todas estas basuras es cada vez menor (empezando generalmente por los "gusanitos", los zumos y el trozo de pan, o el chupe mojado con azúcar o incluso con miel).
- La falta de ideas claras de los padres (y de muchos médicos) sobre educación infantil y sobre los mecanismos que regulan el hambre.
Lo que regula el hambre es fundamentalmente el nivel de azúcar en sangre:
Cuando baja sentimos hambre, cuando sube el hambre cede.
La principal razón por la que muchos niños no comen bien es que tienen este mecanismo totalmente alterado, porque lo hemos alterado.
- Antes la crianza de los niños era cuestión de mujeres y se las educaba para ello. Con la revolución feminista se ha pasado a considerar esta educación como sexista por lo que es cada vez más rara, no educándose ahora para el cuidado de los hijos ni a las mujeres ni a los hombres.
Por que si algo somos a la hora de adoptar soluciones es cómodos.
Lo mismo pasa con la cocina.
Resultado, como ya no saben cocinar ni hombres ni mujeres y además no tienen tiempo, pues comida rápida y que les guste a los niños para que tardemos lo menos posible en que se lo tomen, que hay que ir a trabajar.
- Los niños pasan a lo largo del día por cada vez más manos.
Antes eran responsabilidad exclusiva de los padres (generalmente de las madres), hoy pasan por unos padres estresados (indistintamente padre o madre en función del horario laboral), por unos cuidadores en la guardería y por familiares, generalmente abuelos a los que la naturaleza, que dicen que es sabia, retiró hace tiempo la capacidad de tener hijos porque a estas alturas no están en condiciones de aguantarlos.
El resultado es que el niño pasa tiempo durante el día con varias personas, cada una con su criterio de como hacer las cosas, unos más estrictos y otros más complacientes.
Cuando sucede esto el niño acaba adaptándose a la situación y "sacando provecho" de ella.
Los niños saben quien les da chucherías y quien no, quien le tolera los caprichos y quien no, y si se les da la oportunidad se organizan para salirse con la suya, aunque no les convenga.
Un niño sabe lo que le gusta y lo que no.
Pero no sabe lo que le conviene, por lo que si dejamos que seleccione su dieta, él suele acabar perjudicado.
¿Cómo empieza el problema?
Hay dos situaciones muy comunes que favorecen que el niño empiece a comer mal:
- Desde el momento que empezamos a darles cosas diferentes a la leche, parece que se hubiera dado permiso a toda la familia para que el niño se convierta en el campo de pruebas "¿A ver que cara?".
Es decir, ya no come porque sea su hora. Si a alguien se le ocurre darle cualquier cosa (pan, gusanitos, un poco de...), no puede escapar bajo el irrefutable argumento de:
"¿A ver que cara pone al tomar un poco de...? Si no le va a pasar nada."
Acabamos de dar al niño el título de mono de feria oficial de la familia.
- Nos ve comer, él ya ha comido hace un rato. No le toca comer:
"Pero es que nos mira. Se le va saltar la "yez".
Si hacéis estas dos cosas, probad un experimento:
Cada vez que al niño se le ofrezca comida a lo largo del día, apuntadlo.
En los prudentes suelen ser entre 10 y 15 veces al día.
Una idea clara: Nadie puede comer bien 15 veces cada día.
Antes de empezar estos hábitos vuestro hijo comía cuatro o cinco veces al día.
Ante el exceso de oferta no le queda más que una opción: Seleccionar.
Y su elección es muy previsible:
Entre su comida (potito insulso) y la vuestra (sabores llamativos, salados, dulces...):
Pica de la vuestra y pasa de la suya.
Es que hasta que probó la nuestra no sabía que le estábamos tomando el pelo.
A partir de ahora, mami, la suya te la comes tú.

La solución:

Por tanto, si vuestro hijo es un preescolar que come mal, poco, no quiere comidas de verdad, cada comida es una pelea y la lista de alimentos que no ha tomado nunca y de los que no quiere cada vez crece más.
Seguro, estáis desesperados: "Lo habéis probado todo".
Por tanto, no perdéis nada probando algo tan descabellado como lo que os voy a proponer:

Lo primero que debéis hacer es hablar con cada uno de los cuidadores actuales del niño (abuelos, tíos, hermanos mayores...) y dejarles claro que vosotros sois lo padres, que la responsabilidad es vuestra y que estaréis encantados si siguen colaborando en la crianza del niño, pero que si lo que van a hacer es llevar la contraria en cuanto os deis la vuelta, entonces que se estén quietos y se abstengan de quedarse con los niños.

No intentéis poner en práctica este método si no conseguís esto, porque será un desastre.
Pensad por un momento.
¿Cuál es ese alimento que tiene mantenido al niño?
Lo único que come y que le mantiene vivo.
Eso que pide al rato de haberlo rechazado todo.
Una pista, suele ser un producto azucarado (biberón, yogur y sus derivados, batidos, zumos, galletas, trozo de pan... o directamente chucherías).
Esto es lo que llamo El Comodín.
No vuelvas a comprarlo hasta que el niño coma de todo.
Si lo compras y lo tienes en la casa sentirás la tentación de dárselo:
“Para que no se acueste con el estómago vacío”.
Si lo haces, todo el mal rato de verlo sin comer en todo el día no servirá para nada.
Dado que todo niño tiene el instinto de supervivencia del que forma parte el hambre (y que tu hijo tiene como el resto de seres vivos de este planeta, no te engañes), nos vamos a aprovechar de él para educar al niño.
Las normas a seguir son las siguientes:
1º No se come viendo la tele.
2º Si el niño tiene edad de coger los cubiertos (y la tiene en las edades de las que hablamos), no dar de comer.
3º Evitar cualquier comentario relativo a la comida y sobre todo aunque te queme la sangre, no le regañes por comer lento o no comer.
4º Ofrecer un plato de comida idéntico al de los demás, ni comida especial, ni triturado, ni pasado por el pasapurés. Si acaso troceado.
5º Cuando los demás miembros de la familia halláis acabado de comer, se retiran todos los platos, incluido el del niño, aunque no lo halla tocado, y sin un sólo comentario.
6º No le deis absolutamente nada de alimento hasta la siguiente comida.
Si pide algo decid simplemente que no va a haber nada hasta la próxima comida. Entre comida y comida sólo hay agua.
7º No discutáis sobre el tema delante del niño.
Sé que es duro, por eso voy a explicar el porqué de cada una de esas normas:
Para empezar, la tele los emboba.
Lo que hace casi imposible que coman ellos solos.
Si le pones la tele puedes estar 3 horas con el plato delante del niño sin que se entere siquiera de que existe.
Debe comer cogiendo él mismo los cubiertos para conseguir uno de los principales objetivos de este método: eliminar toda relación de la comida con la afectividad.
Hay muchos niños que estando muertos de hambre no comen.
Pero es porque consiguen algo a cambio.
Ese algo es la atención de los padres, aunque sea para gritarles.
Una vez que el niño comprende que no va a conseguir esa atención no comiendo deja de tener sentido pasar hambre para nada.
Hay que evitar por eso mismo regañarle, ni avisarle continuamente de que coma, ni comentarios del tipo de "qué malo es para comer"...
Fuera de las comidas intentad dedicarle tanto tiempo a vuestro hijo como podáis.

Hay casos en que el niño actúa así porque se le ha repetido tanto que come mal, en momentos de desesperación de los padres, que ya da por hecho que él es así y que ese es el papel que le toca representar cada vez que le ponen la comida delante.
La comida que debemos ofrecerle debe ser la misma que la nuestra, porque con dos años o más su dieta debe ser completa y debe masticar.
Si no mastica no se estimula el crecimiento de la mandíbula y cuando salgan los dientes definitivos no caven con lo que deforma la boca.
No debe tampoco caerse en el error de poner comidas especiales que sabemos que toma mejor, porque en lugar de tomar una dieta completa irá restringiendo cada vez más sus preferencias, simplemente como excusa para no comer ese día porque eso ya no le gusta y obligar así a la madre a prepararle otra cosa.
Cuando todos halláis acabado de comer, se supone que ha tenido un tiempo razonable para acabar.
Por lo que se retira la comida de la mesa.
Sin comentarios de ningún tipo referentes a lo mucho o poco que halla comido.
Al hacer esto le dais a entender que dais por hecho que comerá si tiene hambre, pero que no es algo que os preocupe y por tanto no es un arma de chantaje válida.
La siguiente es la parte más complicada y la más importante:
No deis nada que le entre por la boca hasta la siguiente comida.
ólo agua, y no más de medio litro al día.
Sobre todo os costará mucho trabajo si os pide, pero especialmente en ese caso no hay que darle.
Si lo haces, el mensaje que le estás transmitiendo es "haz lo que te de la gana a la hora de comer, que después, en cuanto me pidas te voy a dar lo que quieras".
En cuanto a no discutir delante del niño, debería ser una norma, no discutir delante de él ni sobre este tema ni sobre ningún otro.
Es muy perjudicial para el desarrollo afectivo del niño y transmite la idea de que no estáis de acuerdo y si insiste se acabará saliendo con la suya.


¿Qúe os parece el artículo al completo y en particular la "etapa intermiedia"?
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por Kim
#380584 Me temo que esto no es nada nuevo, mis padres hicieron algo parecido conmigo cuando era pequeña. Resultado: a día de hoy, soy muy tiquismiquis con la comida, tengo muchas manías, existen alimentos que no he probado en años y por el contrario me encantan las porquerías y demás alimentos "prohibidos".
Maldita manía de "hay que comer de todo" :twisted: .
En la generación de nuestros padres, cuando les decían "si no comes eso, no hay nada más" probablemente sería verdad, eran otros tiempos y la comida escaseaba, o en la mayoría de los casos no había para lujos.
Cuando nos lo decían a nosotros, era mentira... por lo menos en mi caso, no éramos ricos pero teníamos la nevera repleta.
Lo curioso es que desde hace décadas se baraja la idea de que los niños utilicen la comida (y el hecho de llorar, y un montón de cosas más, pero ya que esto va de comida, nos ceñimos a eso) como chantaje emocional.
Personalmente, no recuerdo haber pensado nunca "voy a negarme a comer eso para fastidiar a mis padres". Ni siquiera "voy a negarme a comer eso para que me den chuches". Más bien pensaba "no quiero comer eso porque me da asco, no me gusta como huele, o como sabe, y no entiendo por qué se empeñan en ponerlo en la mesa con toda la comida que existe".
Tal y como lo percibía, el chantaje no lo hacía yo sino ellos, que se negaban a darme más de comer si no tomaba lo que tocaba, en lo que encima no tenía voy ni voto a no ser que fuera Navidad o mi cumpleaños o alguna ocasión especial.
Este es mi punto de vista de hija.
Respecto al de madre, el artículo es bastante extenso, pero en resumen creo que se salva, como mucho, un 5% de lo que pone.
Me parece bien la idea de intentar acostumbrar a los niños a una comida variada y equilibrada; también estoy de acuerdo en que muchas veces la culpa la tenemos los padres al darles porquerías para que se las coman rápido y sin protestar. Por otra parte, no comparto en absoluto el tono general del artículo. Ni creo que el niño utilice la comida como chantaje emocional, ni que dejándole sin comer se solucione el problema.
Este artículo se podría titular "como complicarse la vida sin necesidad". Se trata de convertir la alimentación en un tira y afloja, a ver quién gana. Y que luego a nadie le extrañe si dentro de 10 años el niño se pone las botas cuando sale con sus amigos o pasa de cenar en casa. El problema, en mi opinión, es que si se trata de crear unos hábitos sanos, no se puede hacer así, desde la imposición. Y eso de ofrecerle solo agua y no más de medio litro al día raya el sadismo en mi opinión.
Yo creo que una comida variada debe incluirlo todo. Y cuando digo todo, también me refiero a los refrescos, las chuches, las hamburguesas y demás. Hay cosas que se pueden (y deben) tomar con frecuencia y otras que hay que limitar. En vez de "dejar de comprar lo que más le guste hasta que coma de todo", quizás sería más inteligente negociarlo con él, explicarle que hoy no porque hay otra cosa para cenar pero podrá tomarlo el fin de semana, o pactar cuándo y cuánto puede tomar (de postre pero no entre horas, 2 galletas y no la caja entera, etc).
eliminar toda relación de la comida con la afectividad.

Esta frase se lleva la palma. Yo creo que la comida está relacionada con la afectividad, cuando celebramos algo (un cumpleaños, una boda etc.) suele ser comiendo. Es muy agradable reunirse para comer, conversar mientras se come, disfrutar juntos de un determinado plato. Si aceptamos que comer es un acto social para los adultos, no entiendo por qué para los niños debería ser un frío ejercicio de disciplina y para los padres un absurdo despliegue de autoridad vertical.
Es muy difícil encontrar un equilibrio, mi hijo prefiere tomarse un perrito caliente que unas acelgas rehogadas... y yo también, qué leches. Quizás seré blanda, pero en mi caso permito el perrito de vez en cuando (los fines de semana somos más flojos), en cuanto a las acelgas, pues no le obligo (y no, tampoco le retiraré un plato repleto de sabrosas acelgas una y otra vez, hasta doblegar su voluntad). Existen docenas de verduras, si hay otras que toma mejor, por qué tenemos que insistir con las condenadas acelgas (sé de lo que hablo. Odio las acelgas y de pequeña las tuve que comer a puñados porque eran muy sanas :twisted: ). Si quiero que tome acelgas, se las pongo en el puré de verduras y listo. Y si quiero que tome verduras, pues le daré otro tipo de verdura.
Lo curioso de este tipo de artículos es que siempre hablan de extremo. En un extremo está lo que ellos proponen, es decir que si los padres ven lógico que el niño coma una cucaracha frita no se cuestiona y se le da; en el otro extremo están unos hipotéticos niños que solo comen chuches, y que creo que tampoco existen en la vida real. He visto a niños que comían bien, otros regular y otros fatal, pero por mal que vaya la cosa, a partir de los 4-5 años todos acababan comiendo con cierta variedad.
Siento el tostón :oops:

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Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más... :mrgreen:

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por Kim
#380585
chikilau escribió:L o dupliqué :mrgreen: ¿cómo puedo borrar uno?

Gracias y perdonar ;-)


Ya está ;-)

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por chikilau
#380635 Gracias Kim, eres un encanto, siempre al pie del cañón.

Como estoy preocupada porque mi reina no quiere comer sola (en la guarde lo hace y me dicen que es de las primeras en terminar además de muy limpia y curiosa :??: ) pues estoy leyendo todo lo que encuentro y la vedad, cada vez estoy más confundida porque (como tú dices) no hay intermedios, todo es blanco y/o negro. Y hasta que yo no me aclare...dificil es
de enseñar a mi niña.
Éstos días no la es toy forzando a comer, cenamos a la vez y después de terminar el 1º plato, le doy un poco mas de tiempo a ella le pregunto si terminó y retiro los platos para continuar con el 2º (aunque solo haya comido 4 cucharas de sopa) en el segundo no suele haber problemas se lo come casi todo. Luego el postre fruta, yogur, natillas... le doy a alegir entre dos cosas (aunque ella siempre pide copa de chocolate, pero solo las comemos, como mucho 2 veces por semana). Hay veces que solo come 2º plato y media pieza de fruta o un actimel ¿es así como debo de hacerlo? ¿para ella está bien?
Hoy fué mi marido con ella al pediatra y le comentó que el desayuno (leche con weetabix) ya no los quería comer le dijo que le diéramos otras cosas (yogur, bocadillo de nocilla, tostadas) ya probé y solo se come bien la nocilla :roll: y le dijo que si no quería nada que la dejara hasta la hora de comer.Soy imcapaz de hacer ésto, antes la "forzaría" a comer un yorgur.

Igual me estoy ahogando en una gota de agua pero es que no sé por donde salir.
Gracias.
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por Kim
#380660 A ver, por partes:
chikilau escribió:estoy preocupada porque mi reina no quiere comer sola

Yo no me preocuparía. Seguro que de mayor comerá sola. Además, en la guardería ya lo hace, así que sabe. Todos los niños pasan por fases así, el mío justamente está en una de ellas. En su caso, supongo que será porque desde que nació su hermanita tengo menos tiempo para él en exclusiva (pobrecito :sad: ) y es una forma de reclamarme. Puede que a tu niña le pase lo mismo, a lo mejor te ha echado de menos en la guarde, o algo así.
En tu lugar no le daría mayor importancia: si te pide que le des de comer, se lo das, si come sola, genial, pero sin apreciaciones ni comentarios de ningún tipo.
chikilau escribió:dificil es de enseñar a mi niña.

Ufff, lo de "enseñar" me gusta bien poco... :lol: Yo creo que el truco es respetar sus ritmos, todos los niños acaban comiendo con el tiempo. Si te paseas por este foro verás algún mensaje mío en el que estaba totalmente desesperada por lo mal que comía mi peque... y ahora ya no me quejo ;-) .
chikilau escribió:Éstos días no la es toy forzando a comer, cenamos a la vez y después de terminar el 1º plato, le doy un poco mas de tiempo a ella le pregunto si terminó y retiro los platos para continuar con el 2º (aunque solo haya comido 4 cucharas de sopa) en el segundo no suele haber problemas se lo come casi todo. Luego el postre fruta, yogur, natillas... le doy a alegir entre dos cosas (aunque ella siempre pide copa de chocolate, pero solo las comemos, como mucho 2 veces por semana). Hay veces que solo come 2º plato y media pieza de fruta o un actimel ¿es así como debo de hacerlo? ¿para ella está bien?

Es muy personal, cada uno tiene sus técnicas y sus trucos. Personalmente, me parece bien.
chikilau escribió:¿para ella está bien?

Yo creo que si no pide más y aguanta hasta la siguiente comida, ha comido lo suficiente. Una cosa es la cantidad que ellos necesitan comer, y otra la que nosotros pensamos que necesitan :lol: . Yo habitualmente le pongo en el plato la cantidad que pienso que va a tomar. A veces acierto, porque come todo o casi, y otras me equivoco porque se deja la mitad o come 4 cucharadas. Cuando deja de comer, le pregunto si no quiere más y si me dice que no, no insisto.
Lo que creo que no se debe hacer es insistirles para que tomen la cantidad que a nosotros nos parece adecuada. De todos modos, si está bien de peso es que come lo suficiente, aunque a ti te parezca poco, y ya está ;-) .
chikilau escribió:Hoy fué mi marido con ella al pediatra y le comentó que el desayuno (leche con weetabix) ya no los quería comer le dijo que le diéramos otras cosas (yogur, bocadillo de nocilla, tostadas) ya probé y solo se come bien la nocilla y le dijo que si no quería nada que la dejara hasta la hora de comer.Soy imcapaz de hacer ésto, antes la "forzaría" a comer un yorgur.

Igual se ha cansado, tienen muchas etapas de esas. Mi hijo pasó por temporadas en las que comía más plátanos que un gorila :lol: , luego no los quería ni ver, luego otra vez sí pero solo de vez en cuando, etc. Si ya no quiere los weetabix, deja de dárselos durante un tiempo, seguro que al cabo de un par de semanas o un mes, si se los vuelves a ofrecer se los toma. O igual te los pide ella dentro de un tiempo.
Si quieres más ideas para desayunar, se me ocurre: fruta, croissant (¿se escribe así?), panecillo o tostada con mermelada, pan con aceite de oliva y tomate, bocadillo de jamón york o pavo o queso o combinación de todo.
Lo de dejarla hasta la hora de comer me parece otra vez el blanco o negro. Con todo mi respeto para los pediatras y demás profesionales de la salud que nos pueden estar leyendo, creo que no entra dentro de sus funciones explicaros cómo debéis criar a vuestra hija. Imagínate que seguís su consejo, os ponéis estrictos, la niña empieza a perder peso porque no come. Si sigue perdiendo peso, llegará un momento en que el pediatra deje de felicitaros por marcarle límites y os dirá que la niña tiene que comer como sea. A lo mejor os dirá que la tenéis que obligar, os mandará comida hipercalórica, os recomendará estimulantes del apetito... cuando habría sido mucho más sencillo ceder un poco desde el principio.
Tampoco soy partidaria de dejar que picotee entre horas, pero si realmente tiene hambre, opino que no pasa nada por adelantar un poco la hora de la comida o de la cena si no falta mucho, o bien ofrecerle algo sano para que aguante hasta la siguiente comida... si le dejamos tomarse un yogur o una pieza de fruta fuera de horario, creo que no es el fin del mundo.
Besos.

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Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más... :mrgreen:

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