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por Juanma
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Ángeles Hinojosa
1.1 Responsabilidad Compartida



1.1 Responsabilidad Compartida

Últimamente muchos medios de comunicación están denunciando el gran número de cesáreas, inducciones e intervenciones que se llevan a cabo en las salas de parto, de las clínicas y hospitales de España.

A Dios gracias, la sociedad de este país esta permitiéndose poner en tela de juicio los beneficios del parto a la carta.

No es justo que unos padres programen el nacimiento de su hijo/a, por capricho, ni es decente que un profesional acceda a ello. Lógicamente a la inversa continua siendo igual de indeseable, a no ser que sea un caso en donde la madre o el bebé corran peligro de perder la vida. Ni unos ni otros deben saber (suponemos) las consecuencias a nivel psicosocial que de esta acción se derivaran. La huella que una falta de respeto semejante deja en el recién nacido, o mejor dicho en el recién extraído. Un ser humano al que no se le respeta uno de sus primeros derechos, que es el de nacer dignamente, se sentirá el resto de su vida poco tenido en cuenta por la sociedad en general y especialmente por sus padres. Ese sentimiento influirá de forma definitiva en el / ella, que le devolverá a la vida lo mismo que recibe.

No tenemos ningún derecho a robarle ninguna de las experiencias naturales, para las que el o ella vienen preparados, proporcionándole a cambio una que le resultará aterradora. Parece que lo único importante en esta sociedad que nos ha tocado soportar, es que un bebe nazca vivo y completo a (nuestros ojos), no importando el precio que tenga que pagar por ello el resto de su vida. No nos paramos a pensar en nombre de que es tratado de esa forma, ni que sentirá mientras lo esta viviendo.

Una de las razones por las que los nacimientos se llevan a cabo en estas circunstancias, es la llamada medicina defensiva. Los padres no están dispuestos a asumir, ni el riesgo, ni la responsabilidad que supone dar a luz, entregándole al profesional todo ello, más sus derechos y su poder. Eso obliga al médico a hacerse responsable de todo el proceso. El miedo de este a que "algo falle" y tenga que hacer frente a un proceso judicial hace, que actúe precipitadamente llevado por el miedo y practique más intervenciones de las que practicaría si trabajase confiado en que sólo una parte de la responsabilidad es suya.


Responsabilidades

• Sin duda alguna, la persona más responsable del parto es la mujer que va a parir. Ella debería conocer, su cuerpo, la fisiología del parto y las necesidades de su hijo/a, ya que es junto con este/a la más implicada en el proceso. Esta bien no obstante confiar en que el médico esta ahí para atenderla, si se presenta algún problema, lo que no es coherente, es que una mujer no se haga cargo de su proceso, haciendo que el profesional corra con toda la responsabilidad.

• El médico, no esta obligado a hacerse responsable del proceso de otro) si, de acompañar a la mujer en todo el trabajo, respetando el proceso fisiológico con paciencia, responsabilidad y respeto, y dejar que todo se desarrolle como es de esperar, interviniendo sólo cuando sea estrictamente necesario.

• Tampoco estaría de más, que el padre conociera la forma en la que se desarrolla un acontecimiento de tal magnitud y se dedicara a cuidar de todos los trámites "burocráticos", defendiendo en esos momentos los derechos de su compañera y de su hijo/a. Permitiéndose así, sentirse útil. Para ello, la preparación junto a su compañera, es imprescindible.

• Los colegios de obstetricia tienen la responsabilidad de preparar a los profesionales para ofrecer un servicio eficiente, cuidando de que la vida física de los individuos implicados en el proceso de parir y nacer no sufra percances, pero intentando que queden intactas también las facultades mentales y psicoemocionales de la madre y el bebé.

• La sanidad también tendrá que prestar atención "algún día" a las peticiones y las voces, que cada día son más numerosas, de una parte de la sociedad que clama, por que se respete el momento de recibir y dar vida, preparando a los alumnos de Obstetricia, para ofrecer un trato más humanizado y consecuente con las necesidades de los dos únicos protagonistas del evento, la madre y el bebé.


Muchos abogados, parecen acechar cualquier acontecimiento desafortunado para animar a los padres/madres a que pongan una denuncia, cuando por estar pasando momentos de dolor y confusión, muchas de estas parejas se dejan llevar, pensando que le hacen un favor a la sociedad, e intentando recibir un dinero que para nada suplirá la vida de su hijo/a y si, agrava aún más el tema del exceso de las intervenciones obstétricas.

Por tanto, la responsabilidad, no es sólo de la clase médica, sino que todos estamos implicados de una u otra forma. Así pues, si la responsabilidad es compartida, ¿qué tanto por ciento asumes tú?

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