- Ha aprendido a abrir la puerta de seguridad de la escalera. La primera vez me lo encontré a media escalera bajándolas de culo y con mucho cuidado. Yo creí que la había cerrado mal, pero que va, es que la sabe abrir. Se sube y se baja las escaleras en un pis pas y claro, su madre detrás para que no se rompa la crisma.
- Le he tenido que quitar la periquera porque lograba desabrocharse el cintrurón de seguridad y me lo encontré con una pierna en la mesita en 10 seg que me volteé. Ahora tengo que perseguirle por toda la casa para que coma, pero claro, prefiero que coma feliz a que con el berrinche no coma nada.
- Si cerramos mal la puerta del baño se mete en la ducha. Ya van dos veces que se cae de cabeza a su papá cuando el se está bañando y terminan los dos en el agua. Mi hijo con pañal y ropa, claro.
- Le regalaron una caminadora y no sabéis, parece fitipaldi pero además e sube en ella y la usa para alcanzar todo lo que le da la gana.
- Se trepa en la carreola cuando quiere ir a pasear y empieza a señalar la puerta. Ah, y si no le hago caso, se baja el solito.
- Por supuesto se come todos los lápices, crayones y demás de su hermana y es una odisea lograr hacer la tarea de la niña.
- Odia beber en biberón, menos, claro si su hermana se está tomando el suyo porque entonces se va sobre ella y no para hasta que se lo quita. Y tiene que ser el de ella. Si le doy otro, no sirve. Lo bueno es que Almudena es un sol y acepta tomarse el de repuesto.
Dormir ya duerme mejor, gracias a Dios, porque me deja agotada al final del día y termino yendome a dormir en cuanto caen los dos enanos.