Llevamos ya varias noches de mal dormir, pero lo que me ha ocurrido hoy, no me había pasado nunca. Después de 15 días de vacaciones hemos empezado hoy a trabajar y cuando he vuelto del trabajo al mediodía el niño, que había pasado un buen día con la abuela, se me ha puesto a llorar nada más verme. Le he dormido en brazos sobre las 14h, lo he tumbado a mi cama y yo a su lado para dormir la siesta un rato y para que así aguantara más, pero a la media hora se ha despertado. Se ha puesto a llorar como antes, así que lo he cogido en brazos y le he paseado por toda la casa con la intención de dormirle de nuevo, pero no he podido. Lloraba como nunca! He pensado que serían los dientes por lo que le he ido ofreciendo algún mordedor, pero me los rechazaba. Le he preparado un bibe, aunque ya había comido, para ver si tenía hambre, pero también me lo ha rechazado y al fin después de un buen rato de llorar y llorar se me ha dormido de nuevo en brazos sobre las 16h. Ha estado muy relajadito durmiendo acurrucado en mi pecho y a la media hora se ha vuleto a despertar. Ha empezado de nuevo a llorar, no había nada que lo calmase, no quería jugar, no quería nada, lo sentaba en su parque y yo a su lado y en lugar de mirar sus juguetes o de gatear como siempre hace, se abalanzaba sobre mi para que le cogiera y llorando fuerte. Con el niño en brazos me he ido a la cocina a prepararle la merienda de la cual ha tomado 4 cucharaditas, así que le he preparado otro biberón pero también me lo ha rechazado. Lo he ido calmando en mis brazos y paseando, hasta que a las 17h se me ha vuelto a dormir hasta las 18h, supongo que estaría agotado de tanto llorar, pero no sé por qué motivo no había manera de calmarlo. Parecía muy angustiado, solo quería que lo cogiera pero en cambio ni en brazos se calmaba. La verdad es que me ha preocupado bastante. Sobre las 18h después de su tercera siesta de la tarde lo he puesto otra vez a jugar al parque y yo sentada a su lado. Muy serio empezaba a interesarse por sus juguetes pero no las tenía todas, no. Al final lo he puesto de pie como suele hacer él, sujetándose en el mueble del comedor y entonces se ha empezado a animar. Pero ha costado, eh?! ¿Puede ser esto la angustia de separación? En estos quince días de vacaciones cómo ha estado enfermo ha tenido muchos mimos por parte de todos, pero más de mi. ¿Será que lo he mimado demasiado?