En opinión de la Rosa Jové, autora del libro Dormir sin Lágrimas, psicopediatra y especialista en el tema, «el sueño es un proceso evolutivo y todo niño sano va a dormir correctamente algún día». No hay que alterarlo, puesto que, en tanto que necesidad vital, «se sincronizará con nuestras necesidades en cada momento de nuestra vida».
No se trata, pues, de aplicar un método o unas normas de disciplina de noche pero tampoco de día, sino de abordar las diferentes situaciones con afecto y comprensión. Ello nos conducirá a obtener unas noches más tranquilas tanto para los padres como para los hijos.
Dice también Rosa en su libro que los niños nacen caóticos (sin horarios) adrede como medida biológica para favorecer que se amolden a nuestras circunstancias particulares, así pues un niño de áfrica se podrá adaptar a los horarios de allí con tantas horas de sol y un niño del polo hará lo propio.
El problema suele venir cuando “obligamos” a un niño que le gusta trasnochar a acostarse prontito, claro son horas de lloros infructuosos, y al contrario cuando por costumbre o por comodidad o por ver si así madruga menos acostamos a un niño más tarde de lo que debía, que esas horas en que ya tiene sueño son de locura y luego la noche un kaos, despertandose además a la misma temprana hora.
Por esto mismo los primeros meses del bebé son meses en los que nos amoldamos unos a otros y el bebé suele ir cogiendo las costumbres de la casa, si los papás son trasnochadores es fácil que el niño salga trasnochador y si son madrugadores saldrá madrugador. Claro eso teóricamente porque luego cada niño tiene su carácter... En cualquier caso hay que usar estos meses no para intentar crear unos horarios “de tablas” sino para intentar ver el modo de amoldarnos a sus ritmos (no al contrario) y así con el tiempo crear una rutina válida para todos.
Y ¿qué pasa cuando se van haciendo mayores? Pues que sus necesidades van cambiando, se quitan siestas, a veces comienzan a ir al cole (lo cual les cansa más y les da sueño más temprano), y a cierta edad comienzan a necesitar menos horas de sueño con lo cual es probable que no quieran acostarse tan pronto. Además comienzan a no querer dormir si hay gente en casa (para seguir ellos también la juerga) y luego vienen los miedos y pesadillas. Y ¿qué ocurre? Pues nada, nueva observación, nuevo “amoldamiento” de unos a otros y volveremos a dar con la rutina y horario adecuados a la nueva situación.
Así que por todo esto y seguro que por muchas otras cosas más que seguro me olvido no es posible crear unos horarios de libro que valgan para todos por igual, no para dormir pero tampoco para comer ni para ninguna otra cosa. Cada uno en su casa tiene que valorar su propia situación y adaptar los consejos a sus propias circunstancias y ese será el éxito buscado, a unos les vendrá bien comer prontito y acostarse temprano para luego ir al cole, a otros les vendrá bien comer algo más tarde con los papás y acostarse a una hora más tardana para luego dar un respiro a mamá por la mañana y en general lo que a mi me viene bien a mi vecina seguro que no.
Y por último, que por esta razón esto es un foro, para que muchas mamás cuenten su propia situación y así podamos recoger muchas ideas, y seguro que una u otra la podremos adaptar a nuestra familia. Nadie tenemos soluciones de oro, en realidad la solución siempre está en casa y sobre todo en la observación del bebé y el cariño y profundo respeto a lo que nos intenta decir constantemente.