Ayer Antelmo me dio dos lecciones de madurez que me dejaron asombrada:
Se metió en casa de los vecinos que tienen columbios y le encantan. La vecina se tenía que ir y el no quería. Le explique varias veces que nos teníamos que ir y las razones. Al final le dije: "por las buenas o por las malas". y me dijo. "buenas mami." y le dice a la vecina "Adios". Y se salió sin protestar
Luego me aventé un viaje al Super en plena prenavidad yo solita con los dos niños. Les aleccioné muy bien de que iba yo solita y tenían que ir en el carrito que no podía jugar a peseguirles porque esta yo solita y que al final les daba su premio (siempre que vamos al super se lo doy para facilitar el regreso ) Aguantaron todo el super jugando sentaditos en el carrito y el viaje de regreso (que es el que más le cuesta a Antelmo) con su bolsa de papas fritas.
Antelmo estuvo cinco horas y media sin pedir pecho estando yo en casa con el. Es la primera vez que espacia tanto una toma.
Hoy en la mañana salí de casa y le expliqué que iba al centro a ver a Mariana y a comprar lengua para la cena de Navidad. Estuvo diez minutos de la mano conmigo y yo contándole que tenía que irme. Al final me dijo sin llorar "adios mami".
Cuento todo esto porque estoy muy orgullosa de mis hijos y ahora en especial de Antelmo y del cambio que está dando y para animarles a que sepan que la forma que tenemos de criar a nuestros hijos es adecuada.