Al entrar le estábamos quitando el abrigo a nuestra hija cuando he observado a un grupo (dos mayores y dos adolescentes) que estaban escondidos tras la cabina de información. He mirado y he visto a una niña con cara de susto y llorando a lágrima viva , llamando a su mamá. El grupo riéndose tras la cabina. La niña con un pavor tremendo se ha echado a correr y se ha metido entre la multitud. Los padres seguían allí partiéndose de risa hasta que se han dado cuenta y los adolescentes han ido tras la niña. La cosa parecía que se quedaba allí, pero al continuar nosotros, y después de unos minutos, veo a los padres detrás de una columna y sin la niña. Seguimos andando y veo a la niña llorando desconsoladamente y pidiendo ayuda (a todo esto la niña tendría unos 3 añitos). Al verla así le digo a mi marido: cariño voy a por la niña a consolarla. Y mi marido me dice: sí, ves porque vaya huevazos que tienen sus padres.
Yo me acerco a la niña y le digo: cariño qué te pasa. Y antes de terminar de decírselo se ha echado a mis brazos y me ha rodeado el cuello llorando y diciéndome: Mi mamá no está, me ha perdido. (Ay todavía se me ponen los pelos de punta al recordarlo.)
La he cojido en brazos y ,cuando me disponía a llevarla con sus padres, han salido corriendo, la han cojido de mis brazos y sin decirme nada se la han llevado. Pero lo triste es que a la niña le estaban echando una bronca por haberse escapado tremenda.
Me he quedado con las ganas de echarles a ellos la bronca. La niña no se hubiese escapado si éllos no la hubiesen dejado ¿no?.
La han tenido asustada (sólo para que aprendiera) durante al menos diez minutos.
Si no llego a ir ¿cuánto tiempo la hubiesen dejado así?.
No hago más que pensar en esa niña pequeña entre la multitud y con ese sentimiento de abandono total, que el único consuelo que ha tenido ha sido el de una desconocida.
En fín, necesitaba contarlo porque llevaba un nudo en el estómago.