- Vie, 08 Dic 2006, 11:56
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¿Ah sí? Pues por otra ventana el teléfono.
En serio, intenta no agobiarte, tu hijo está fenomenal. Ojalá se pudiera transmitir la experiencia de las que hemos estado como tú pero ya hemos aprendido que no se puede progamar a los niños como si fueran máquinas: ahora duermes, ahora comes 125 grs, ahora toma estimulación temprana, ahora haz cacas, ahora a quitar el pañal, ahora di frases de dos palabras y ahora de tres....
Vicky, tú y yo tenemos la enorme suerte de tener hijos sanos. No todo el mundo la tiene. Disfruta por favor, deja de medir lo que no puede medirse, deja de querer ponerle puertas al campo, y deja de intentar que todo el mundo entienda cómo crias a tu hijo, porque es imposible. Mira, si yo le digo a mi madre que jamás obligaré a mi hija a comer un solo bocado de nada, es imposible que esté de acuerdo conmigo porque ella lo hizo con sus hijos (obligarnos) y necesita pensar que lo hizo bien. Y es imposible que no lo tome como algo personal porque es muy personal, es lo que más nos importa en la vida, nuestro papel como madres.
Dicho de otra manera: Si yo no lo hago como tú, una de las dos debe hacerlo mal, y necesito que seas tú porque si no siento que soy peor madre que tú. De ahí que se meta tanto y tan visceralmente todo el mundo en la crianza de los hijos ajenos. En el caso de hijas y madres y no digamos suegras, saber quién tiene el niño más gordito parece significar quien lo cria mejor, una competición no del todo consciente.
Pero tú sabes muy bien que la buena crianza no se mide en gramos. Lo más importante que le das a tu hijo no se puede pesar, el cariño, y te aseguro que esto no es una frase bonita.
En cuanto tengas un poco más de seguridad en cómo lo haces todo esto se te pasará. Ya lo verás. Cierto es que algunos pediatras no ayudan precisamente, pero en estos asuntos normalmente usan más el prejuicio cultural que la ciencia, que uno sea médico no significa que no pueda decir tonterías gordas.
"El futuro de los niños es siempre hoy. Mañana será demasiado tarde"
Gabriel Miró