Bueno, pues la "nueva" enfermera (digo "nueva" entre comillas porque debe ser casi sexagenaria) resulta ser mucho peor . Preguntó hasta cuándo pensaba darle el pecho. "Mientras Laia quiera, yo no tengo inconveniente en darle, al contrario: cuanto más, mejor" . Pues no: que el niño no debe decidir nunca , que no decide, que es la madre, porque si dejas al niño que siga mamando se convierte en algo patológico , igual que la adicción al chupete o al biberón. Y yo ahí, con los ojos como platos: "conoce usted a algún niño de 15 años que siga mamando? y de 10? o de 5?" No me quiso contestar. Por supuesto que no conoce a ninguno ni siquiera de 6 meses, porque debe cargarse las lactancias en las primeras semanas.
Y fue insistiendo en que la lactancia se convertía en algo patológico.
Bueno, pues ahí di por acabado el diálogo y ya no le pregunté las dudillas que tenía. La lástima es que la doctora va tan estresada que con ella no se habla apenas, pero como tampoco sé su postura... pues me fui de la consulta indignada, y encima Laia se me resfrió ahí de tanto rato que me la tuvieron desnuda.
Me queda el consuelo de que a esta mujer no le queda mucho tiempo para jubilarse. Lo triste es que, junto a ella tenía una enfermera joven en prácticas. Un momento en que la desapareció, aproveché para decir bien alto a mi compañero "qué triste que tenga que ser enfermera, con estos prejuicios... qué ignorancia", aunque no sé si la joven tendrá su criterio.