- Mar, 21 Nov 2006, 23:03
#82139
Pues más que doloroso es un coñazo. Yo ya no lo recuerdo muy bien, pero te tenías que poner una inyección cada día a la misma hora durante unos quince días, creo. Y además no te la podías poner tú , tenías que ir a un practicante. No se si os lo imagináis, pero sólo eso ya toca bastante las narices e interfiere mogollón con tu vida normal. Eso sin contar el riesgo para tu salud (hiperestimulación ovárica), porque no sé si sabéis pero se consiguen a veces hasta quince óvulos en una sola ovulación. si tenemos en cuenta qu elo normal es uno, pues vosotras mismas podéis sacar la conclusión.
Además está la intervención para la extracción de los óvulos. Es vía vaginal, pero te sedan y no está exento de riesgos tampoco.
Yo no creo que quien lo hace lo haga sólo por dinero. Las mujeres que no tienen otra motivación que ésta seguro que encuentran una manera más agradable de ganarlo. Sobre lo que se paga. Creo que cada clínica paga lo que le parece (aunque sea de tapadillo). Hay una compensación que marca la ley creo, pero luego cada clínica hace un poco lo que le parece porque tienen que satisfacer la demanda de una manera u otra. Además se hace una selección importante, supongo que con criterios de antecedentes de problemas de salud y así. El hecho de que sean estudiantes se debe a distintos motivos. Por una parte está que tienen que ser mujeres jóvenes, y con cierto nivel intelectual, no tanto porque le vayan a dar una mala herencia al futuro bebé sino porque las instrucciones a seguir para el tratamienbto tienen un cierto grado de comp'licación y requieren a una persona responsable para llevarlas a cabo, y por otra, lo que habéis comentado, que a las estudiantes les suele ir bien un poco de dinerillo. Por lo que me han dicho, las estudiantes de medicina son un grupo importante de donantes, quizás porque sus conocimientos les facilitan llevar a cabo el tratamiento y también les hace ser menos aprensivas a inyecciones, quirófanos, etc. por estar más familiarizadas. Tampoco hay que olvidar el boca-oreja. Si las primeras fueron estudiantes, pues se corre la voz entre ellasy acaban siendo casi todas estudiantes.
Algunas son madres jóvenes que después de vivir todas las emociones que acompañan la maternidad, deciden colaborar para que otras mujeres que lo desean puedan vivir la misma experiencia, y de paso, pues se sacan algún dinerillo extra, que con bebés pequeños, siempre va bien.
No os toméis todo esto como palabras de una experta. Es lo que he ido descubriendo mientras me hacía mi tratamiento de fertilidad, en ningún caso conozco el tema a fondo.
Hace unos años me interesé por la donación de médula. Éste es otro acto altruista que está remunerado. Mi motivación no era el dinero, pero aún y así, cuando me llegó la información pensé que cualquier dinero que se pagara sería poco para compensar las molestias. Después de leer en qué consistía todo el proceso, desistí por aprensión. No creo que más dinero me hubiera hecho cambiar de opinión.
Admiro muchísimo a las personas donantes, sea cobrando o sin cobrar. En un mundo donde hay tantísima gente que no ha donado una gota de sangre en su vida (con lo poco que cuesta), es de agradecer que algunas personas se sometan a procesos más largos y complicados para ayudar a sus semejantes, aunque sea cobrando. Y por cierto, la donación de semen también se paga, aunque mucho menos que la de óvulos, y digo yo, ¿qué molestia tiene el donante? Mucha menos que la del donante de sangre, creo yo. Y que conste que no estoy diciendo que haya que pagar a los donantes de sangre, sólo que no sé porqué se valora el esfuerzo del donante de semen que el del donante de sangre. Y no quiero enrollarme más porque acabaré haciendo un alegato feminista.
Espero no haberos agobiado con mi rollo.