No me tocaba nada, pero me he puesto muy triste por ese bebé, ya puestos os contaré mi experiencia, porqué a veces los recuerdos duelen y a mí, hoy por hoy, todavía cuando me acuerdo me hacen llorar...:
Cuando me quede embarazada tenía claro que quería darle de mamar e mi hijo, cuando dí a lúz y ví su cara, no sólo lo tenía claro, lo deseaba. Siempre he dicho que los cursos de preparación al parto y todo lo demás, estan fenomenal, pero ahora si digo, que nadie te cuenta lo que viene después, cuando el bebé es real y te ves en casa a solas con él.
Tardó en subirme la leche 4 días, no fueron demasiados, casi me reviento el pecho con el extractor, mi hijo lloraba, mis pechos estaban congestionados y él no podía comer, para remate, mi nene nació con el labio inferior un poquito retraido y eso le impedía agarrarse al pecho con facilidad. Tuve todo el apoyo moral que mi marido y mi madre (ambos siempre a mi lado) me pudieron dar, pero caí en un grave error, que en el aquel momento nadie supo con ayudarme a evitar, dejé de comer, estaba agotada por la falta de sueño, dolorida con los puntos y las hemorroides y desesperada por ver a mi hijo que no ganaba peso por más que le ponía al pecho.
Llegó el momento en que oirle llorar, desataba mi angustia, para colmo aparecieron las dichosas grietas y no sabía que hacer.
El neonatólogo que atendía de forma privada a mi hijo, me decía que tuviera paciencia, que aguantara un mes, que todo pasaría...
Mi matrona, me decía que tenía leche, que no me angustiara, paciencia...
En fín así pasamos 22 días, y una mañana después de pasar todo la noche con mi hijo en brazos llorando él y yo, me fuí al pediatra, lo reconoció y me derrumbé cuando me dijo aquella frase que se me grabó a fuego en mi alma " este niño está pasando hambre"...
Cuando llegué a casa con mi hijo y mi madre fuí incapaz de los nervios de darle el biberón con las muestras que me había dado el médico, su primer bibe se lo dió mi mamá y por primera vez, mi hijo se dormía con tranquilidad, no de cansancio como tantas veces....
No sé si ha sido buena idea, recordarlo de nuevo, estoy escribiendo y se me caen los lagrimones...
Hoy en día estoy feliz, mi hijo es un niño vital, alegre, felíz y sobretodo sano, pero aunque todo está tan bién, siempre tendré clavada esa espinita, no pude darle de mamar como yo hubiera querido, sólo me recompensa saber, que le estoy dando todo mi amor, mi protección, y que como cualquier madre de este mundo, daría la vida por él, ha sido lo más bello que me ha regalado la vida.
A veces entro en este foro, simplemente porque me da envidia sana y porqué quiero seguir aprendiendo para que la próxima vez si la hay, no me vuelva a pasar lo mismo.
Ahora sólo espero que cuando me decida a tener más familia, no me pase lo mismo, hoy gracias a gente como vosotros y a las experiencias vividas, sé como actuar y por supuesto nunca podré entender, aunque lo respete, como una madre puede negar el derecho de lactar a su hijo.
Gracias por todo, por escuchar y compartir y por estar ahí.
Saludos,
Inma e Iván