- Vie, 08 Sep 2006, 13:48
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Para mi punto de vista el quid de la cuestión es ese que apuntas: la canalización del sentimiento de rabia (frustración). Otra cosa distinta es la violencia necesaria para la subsistencia en caso de agresión por ejemplo, esa no la podemos evitar creo yo, sólo podemos enseñar a nuestros hijos a que aprendan a evitar encontrarse en esas situaciones, a que se alejen de los personas agresivos, a que reconozcan los signos de que una actividad en la que se vean involucrados pueda volverse realmente peligrosa etc. etc.
La canalización de la rabia o frustración ha de ser precisamente eso: canalización. Cuántos problemas psicológicos ha ocasionado la represión total de esos sentimientos de rabia! No, no pueden negarse ni minimizarse. Y como nuestros niños no tienen madurez para saber qué hacer con la rabia -bueno, es que la mayoría de adultos que cponozco, incluída yo misma a veces, no sabemos tampoco- tenemos que darles herramientas para que:
* primero, la puedan reconocer. Áunque sólo sea saber que estás de mal humor porque no has podido bajar al parque. O porque mami no te ha cogido en bracitos. O por cosas muchísimo más ocultas que no acertamos a nombrar, que es lo más común. Entenderme: del mal humor a la agresión hay multitud de grados, igual que de no bajar al parque a que se coman a tu familia también los hay pero el mecanismo es similar.
Por pequeños que sean, si no lo reconocen ellos, al menos que lo reconozcas tú y obres en consecuencia, eso basta.
* segundo: el juego simbólico sirve precisamente para eso. Pegándole al lobo del cuento, o a la marioneta lobo, permites que descargue la rabia sin que agreda de verdad a nadie. Es labor nuestra enseñarle la diferencia entre la marioneta y un lobo de verdad, y luego cómo se actúa con la gente de verdad. Ellos entienden que a la marioneta no se le hace pupa de verdad, o que esa pupa se cura con simplemente un curasanaculitoderana también de mentirijillas.
* y sí, la vida desde luego dista mucho de ser un cuento de hadas. enseñarles otra cosa creo que es engañarles. Pero hay mucho recorrido entre los dos puntos. Se le puede enseñar que hay niños que pegan, pero que tú lo ves mal, o que pegan porque los pobres no tienen una muñeca de pegar; se le puede enseñar que hay costumbres distintas en casas distintas, que en todas partes hay conflictos y que incluso la mayoría de personas los buscan, pero que nosostros en casa... es decir: darle herramientas para que sepa manejar la violencia con la que se va a encontrar sin necesidad de caer en ella.
Al final pegará, morderá o lo que tenga que hacer, pero lo importante es que tenga otros recursos. Aunque sea aprender a no juntarse con el bruto de Pepito o a pasar por otro sitio a la vuelta del cole, o...
Margarita mordía cuando otro niño le levantaba la manoo le quitaba un juguete: el papá le enseñó a plantarse muy seria delante del nene y decir en voz alta y muy seria: NENE, NO!!!. no funcionará siempre, pero al menos les planta cara... y los nenes se quedan parados, os lo aseguro.
la verdad es que todo esto es complicado.