- Mié, 06 Sep 2006, 15:25
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Hola Vanessa y hola a tod@s despues de unas estupendas vacaciones.
Soy "antiguardetotal", los peques están mejor con los suyos y punto y que no nos cuenten cuentos chinos, bueno con quien mejor están es con su mamá, lo siento chicos es una cuestión natural, y en mi opinión antes que la escuela infantil hay soluciones mas acertadas aunque no siempre posibles, por eso hoy mi hijo está en el "cole" como el de muchas otras madres que piensan como yo.
Le llevé porque no me quedó mas remedio a los veinte meses y desde los cuatro tuve que escuchar que dónde mejor estaban era en la guarde con otros niños y no con las abuelas en el mercado o con una desconocida, yo no entraba al debate y simplemente contestaba que cada madre adoptaba la decisión que creía mejor para su hijo.
Despues de dos meses de vacaciones estoy viviendo una segunda adaptación, menos terrible que la primera en la que parecía que mi gordo estaba poseido, era otro niño literalmente, duró como un mes y luego se conformó aunque seguía teniendo claro dónde y con quién quería estar, desde el Lunes otro calvario, no llora y las educadoras están encantadas (consuela a los otros niños "no pasa nada" les dice) aunque a todas horas pregunta, sin llorar eso sí, cuándo van a buscarle, por el camino me ofrece alternativas, su cole es muy "chuli" pero se acuerda de toda la familia y quiere ir a verlos en ese preciso momento, ayer había un papel en la puerta principal yo que a ver que pone este papelito y me dice muy serio, "pone que el cole está cerrado". No llora, come bien, duerme la siesta sin problema, juega, participa, canta, habla por los codos pero....su carita no es la misma, es un poquito menos feliz que el domingo.
Animo Vanessa, si no tienes otras alternativas, lo peor pasa y tu peque estará bien en cuanto que comprenda que tu vuelves a buscarle, que no te pierde para siempre, aunque no estará tan bien como contigo, éste es un secreto de madres, que él no se entere, todos estamos encantados de ir a la guarde, debes propocionarle la seguridad y confianza que le faltan y luego llorar por las esquinas cuando no te vea.
Por cierto, el psicólogo de la escuela infantil no debería atender solo a los niños, los padres también lloramos. Esta mañana coincidí con una mamá, su bebé se quedó llorando desconsoladamente, tendría unos diez meses, ella tan alegre, "adios gusanito mamá enseguida viene un beso fuerte" todo muy dicharachera y como si nada. Se ha quedado a la vuelta, apoyada en la pared, escuchando por la ventana, en su cara unas lágrimas silenciosas...¡vaya mundo de locos¡