Resulta que Víctor (21 meses) ha experimentado en poco tiempo 2 cambios de habitación para dormir. Antes de los cambios, solía despertarse 2 veces como mímino durante la noche, se ponía de pie en la cuna, nos reclamaba (principalmente diciendo mama), y casi siempre le dábamos un poco de agua, sin ni siquiera cogerlo en brazos, le decíamos: "venga, a dormir tú solito", y él mismo se lanzaba de nuevo "a la piscina", y continuaba durmiendo. Primer cambio: Hemos ido al pueblo de mis suegros, su cuna de viaje estaba en nuestra habitación entre la mía y la de mi marido. La primera semana fue durilla porque Víctor se puso malito pero luego muy bien. Siempre iba a dormir él primero, y al cabo de unas dos horas nosotros. Mucho ruido en la calle que había al lado de la habitación (coches, gente, golpes...). Resultado: dormía mejor aún que en nuestro propio piso, un sueño relajado, profundo. Y además era meterlo en la cunita, yo salía de la habitación y se dormía al momento, no decía ni mu (cuando en casa tardaba una media hora en dormirse, entrando yo normalmente un par de veces a relajarlo en brazos).
Segundo cambio: Volvemos al piso, y ponemos su cuna habitual (no la de viaje) en su habitación. Ruido en el piso de al lado (televisión, conversaciones, niños jugando...), la habitación de Víctor es contigua al comedor de los vecinos. Resultado después de una semana: Hace falta entrar muchas veces (3, 4, 5, incluso 10) para que se duerma. Se despierta 4 ó 5 veces durante toda la noche. No se conforma con darle agua, quiere brazos, y aunque él mismo vuelve a pedir "cuna" para ponerlo dentro, en cuanto salimos de la habitación, se vuelve a poner de pie diciendo "mama, ven". Se desvela, nos desvelamos, en fin, un "desbarajuste".
Pensábamos que al haberse adaptado tan bien en el pueblo a dormir en otro lugar aquí le iba a pasar igual...pero no. Es un niño de sueño ligero que parece que tiene un radar cuando yo me muevo, de ahí el pensar de cambiarlo para ver si así no le molestábamos nosotros y dormía mejor. pero el cambio está siendo desastroso. Anoche intentamos el plan padre (que nos fue muy bien para el destete nocturno tiempo atrás) y se puso histérico. Parece que tiene un brote fuerte de angustia de separación y está conmigo como nunca antes había estado. Encima empieza la guardería el lunes. Durante el día él está bien, le gusta estar en su cuna jugando. Pero le veo ojeroso, de hecho duerme menos horas.
Estoy realmente agotada, confusa, muy triste. :( Me parece que hemos dado un gran paso hacia atrás. ¿Creéis que la solución es volver a traerlo a nuestra habitación? ¿Intentamos unos días más que se adapte a su cuarto? Son ya taaaantos meses de dormir mal, tenemos tantas ganas de descansar algo, lo necesitamos. Es que así no estoy disfrutando de la maternidad, no estoy 100% con mi hijo, es que no puedo.
Perdonad por el rollazo tan largo que he escrito y gracias por anticipado.
Un abrazo