Soy fumadora, y aunque durante el embarazo lo dejé por completo, después del parto recaí.
Nunca desestimé la posibilidad de dar pecho a mi hijo, por el hecho de fumar. Y más me animó el boletín publicado por Salud Pública de la Generalitat Valenciana, en el que no pone inconvenientes a la lactancia materna en madres que fumen entre 5-10 cigarrillos diarios, como es mi caso.
Pero tras leer el libro Dormir sin Lágrimas, me siento preocupada por los requisitos que expone para el colecho.
Nosotros acostamos a nuestro hijo en la cuna, en su habitación, pero a media noche suele despertarse para mamar o en busca de compañía, y es entonces cuando solemos acostarlo con nosotros.
Aunque no solemos fumar nunca en la habitación conyugal, y si lo hacemos (en escasas ocasiones) aireamos la habitación. Me angustia que se nos trate como padres intoxicados que podemos ser perjudiciales para nuestro hijo.