ya expliqué en otra ocasión que no puedo poner en práctica el método de dormir sin llorar porque no puedo regular las siestas de Laia, ya que va a la guardería de 14 a 17 h y allí no quiere dormir (al ver a los niños, aunque esté muerta de sueño solo quiere ponerse a jugar, y no quiero insistir del tema con las cuidadoras porque ya me imagino que pondrían en práctica un estivill diurno ). Así que de vez en cuando probamos el método padre adaptado a nuestras circunstancias, es decir, nos cambiamos el lugar en la cama y duerme él al lado de la cuna en sidecar.
El problema es que Laia no quiere gato por liebre (perdón, no quiere padre por madre) y en lugar de conformarse, se desvela y ya la tenemos liada. Si se desvela en principio no se pone a llorar porque encuentra mil atractivos en medio de la noche: se dedica a ponerse de pie y dar culazos, a subirse encima nuestro y cabalgarnos, a estirar todo lo que esté a su alcance de la mesilla de noche... (procuramos dejarle algun cuento porque alguna vez se ha dormido "leyendo" de madrugada ella sola). Al final se pone a llorar porque su papá se enfada y la acuesta a su lado hasta que voy al rescate y entonces es una hora entera de pecho.
Otra versión nocturna es que ella empieza a despertarse pero papá, que es un dormilón, ni se entera aun tenerla al ladito, así que tengo que echarlo de empujones para su lado y rescatar a la pequeña que a esas alturas ya está gateando por encima de papá.
Así que, como decimos en Cataluña (no sé si también se dice en castellano) es peor el remedio que la enfermedad. Habitualmente estoy yo al lado de Laia y cuando ella se remueve yo ya me pongo en posición para que se sirva del pecho. Ella mama no sé cuánto rato (y traga de verdad, no me toma el pelo y me utiliza "de chupete", como me dicen todos ) y no llega a despertarse del todo. Cuando acaba, o cuando la separo yo porque me duele la espalda, se da la vuelta y sigue frita hasta al cabo de 2 horas en que empezamos de nuevo el proceso.
Yo he llegado a la conclusión de que tengo que conseguir hacerlo sin despertarme yo tampoco, y a veces lo consigo y voy mejor por el día. Pero papá quiere ayudar, le gusta ponerla a dormir dándole palmaditas en el culete y hasta se ofende porque Laia lo rechaza y me llama a mí. Pero claro, cada vez que hacemos plan padre, no sólo se despierta Laia sino yo, él y todo el vecindario. Él dice que tenemos que ser firmes y ponernos serios con el plan padre hasta que ella lo acepte (bueno, en realidad este es el plan "suave": si fuera por él, ya hace tiempo que Laia dormiría en su habitación y yo con tapones en las orejas).
Qué os parece? por otra parte, me encuentro en un dilema, ya que aunque yo quisiera dormir por fin ni que sea 4 horitas, me da apuro dejar de dar el pecho por la noche porque como trabajo, hay muchos días en que las nocturnas son sus únicas tomas. Qué me contais? muchas gracias de antemano por vuestro apoyo.