- Jue, 06 Jul 2006, 12:34
#45938
quería compartir con vosotras que acabo de recibir un email de una compañera de trabajo que tiene una niña de 3 meses. Al principio tuvo problemas con la lactancia, la niña nació bajita de peso, la leche subió tarde, hubo biberones por enmedio... me llamó una noche desesperada, aunque nunca había habido mucha confianza (yo en el trabajo era la radical de la teta y ella misma me miraba raro cuando me encerraba en el lavabo con el sacaleches). Le aconsejé lo mejor que pude, la remití a este foro y a los consejos de la AEPED, le envié más información vía email... pero mi sorpresa es que me respondió su marido, respetuoso pero un tanto cortante, que muchas gracias pero seguirían los consejos de la pediatra, como si me estuviera entrometiendo. Pensé que quizá no le pasaría la información que le estaba enviando, que estaría en ese estadio (que también pasó mi socio) de no querer que su mujer "sufra" por la lactancia, que mejor pasarse al biberón.
Bueno, pues hoy, tres meses después, me escribe Trini (os traduzco del catalán):
"La lactancia materna me va bien. Ahora ya crece rápidamente y no se pasa 3 o 4 horas como al principio enganchada al pecho. La verdad es que (como me ha dicho la pediatra) me lo he currado mucho. Ella me recomendó biberón desde la primera visita, porque dice que me veía sufrir. Y yo he sido super beligerante y al final lo he conseguido."
No sabéis lo bien que me siento. En estos tres meses no había sabido más de ella, y no me atrevía a llamarla (porque luego tienen argumentos para llamarnos radicales). Y resulta que sigue con el pecho, y la mar de bien! qué alegría!!