Después del baño, estaba con A. en la cama mientras le embadurnaba de crema y le ponía el pijama, y jugábamos a dar volteretas. Cuando le salió la primera se quedó un poco descolocado, sorprendido, y también encantado. Lo celebramos como se merecía , y estuvimos intentando repetir hasta que le salió otra perfecta (las que se torcía no valían, jeje). Cuando por fin lo consiguió me dijo:
"Mamá, ¿me das un punto?"
Rápido como el rayo me vino a la cabeza la revelación de que en clase deben utilizar un sistema de puntos positivos. No soy muy partidaria de este tipo de sistemas, creo que es mejor "perder" el tiempo en explicar a los niños los motivos por que está bien hacer algo, en lugar de intentar que lo hagan por conseguir un premio. Consciente de la influencia de lo que dice Am. (su profe), estuve mogollón de tiempo explicándole que nosotros no usábamos puntos, que algunas cosas se hacen distintas en el cole que en casa, con todo lujo de ejemplos para asegurarme que entendía lo que quería decir.
Después de un rato zurra que dale, y dale que dale, ya por fin nos callamos y va y me suelta:
"Mamá, ¿me das un punto?"
Preferí dejar la batalla en tablas y continuar otro día, pero me asombré (casi asusté) de la tremenda influencia de los profes en sus alumnos... No sé hasta que punto son conscientes, está claro que lo saben, pero si no lo han vivido desde el lado de ser mamás, quizás no aprecien la magnitud...
Besitos y que paséis un buen día.