- Lun, 19 May 2014, 16:23
#426453
La verdad es que si lo llego a leer hace unos años te habría dicho que menuda mamarrachada, el problema no es la falta de límites, sino la imposición de límites absurdos y arbitrarios a beneficio exclusivo del adulto. Sin embargo, me parece importantísimo aclarar si estamos hablando de niños de 3 años, de 8 o de adolescentes, porque si hablamos de bebés, este señor dice un cúmulo de estupideces, pero si no es así, no le falta razón en algunos aspectos.
Ante todo (y antes de que me echéis del foro por matrix
) vamos a matizar un poco la terminología: por lo general se consideran padres permisivos los que no escatiman besos y abrazos, los que no pegan o no castigan y ya puestos, se da por sentado que así se crían tiranos y que eso no es educar.
Si es así, me considero permisiva y a mucha honra
, considero que la disciplina estricta no conlleva nada bueno y que educar significa enseñar a pensar, no a obedecer.
Sin embargo, no puedo generalizar porque me limito a hablar de lo que veo en mi entorno y a lo mejor vuestra experiencia es distinta, pero a medida que crecen la tendencia se invierte: a los bebés y a los niños pequeños no se les deja hacer nada, y a los que son más mayores se les deja hacer todo, incluso lo que no deberían.
Aunque parezcan actitudes dispares y opuestas, en realidad no dejan de tener un denominador común, el de hacernos la vida fácil, de no despegar el culo de la silla. Por este motivo los métodos de adiestramiento tienen tanto tirón, te dicen que dejes llorar a tu hijo, le ignores y demás prometiéndote resultados milagrosos a corto plazo. Y a corto plazo funciona, así que mucha gente los aplica pasando por alto las secuelas.
La sensación que me da es que muchos comportamientos de padres hacia los hijos parecen estar dirigidos a que los niños no molesten. Un ejemplo revelador es el de los restaurantes: no es infrecuente ver bebés llorando a moco tendido atados al carrito mientras los padres cenan como si nada
; a medida que crecen suelen anestesiarles poniéndolos delante de una tablet o similar, y finalmente si eso también les aburre y se ponen a correr entre las mesas molestando a la gente, y los padres siguen como si nada
.
En todos estos casos, al niño no se le enseña a convivir, ni se empatiza con él ni se le hace parte del entorno, así que no sé por qué nos extraña que más adelante él también sea incapaz de empatizar con los demás.
Por lo demás, coincido con vosotras en que no se trata de ser colegas de los hijos, pero tampoco sus jueces. Como muy bien apunta
Mon, la comunicación es necesaria y por tanto hay que saber dialogar.
Finalmente, creo que deberíamos recuperar un poco la cultura del esfuerzo, recordar que las cosas no siempre salen a la primera y a veces hay que seguir esforzándose. Buscar soluciones inmediatas y milagrosas es lo que tiene, que no suelen durar
.
♥ Mamá de dos polluelos que dieron forma a mis sueños y los hicieron realidad ♥
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más... Mi blog: El mundo de Kim