1. No seas. Este mandato surge cuando un niño nace en una "situación inoportuna". Sus padres están a punto de separarse, son demasiado viejos, demasiado jóvenes, demasiado pobres o "demasiado solteros". Éste no es siempre el resultado de un embarazo no deseado: es el resultado de un nacimiento no deseado.
2. No seas lo que eres. Aquí los padres querían un niño de diferente sexo o querían un niño de diferente color o querían un niño absolutamente sano o, muchas veces, querían un niño que ocupasen el lugar de otra persona (el padre de ella o la madre de él o un hermano que acaba de fallecer).
3. No te acerques demasiado. Un mensaje que viene ligado a la capacidad o incapacidad de los padres de elaborar los duelos. El niño, enfrentado a la herida que no cierra por una pérdida en la familia, puede construir con facilidad una postura acorde con el mandato. Otras veces es la expresión transmitida por la propia dificultad de los padres para el contacto físico.
4. No pertenezcas. De alguna manera, un menssaje relacionado con el anterior. Aquí también puede ser una protección subliminal a la pérdida, aunque muchas veces es la lectura del niño del aislamiento social de su familia respecto al entorno. Los padres no tienen amigos, no visitan a sus parientes, no pertenecen a ningún grupo humano, a ningún club, a ningún núcleo político. La familia es un grupo aislado del medio.
5. No crezcas. Este mandato ocurre con padres que necesitan a quien cuidar, requieren un niño es quien proyectar sus propias necesidades de cuidado y protección. A veces también se da en padres a los que, por ejemplo, les aterra pensar en enfrentarse con la esfervescente sexualidad de un adolescente. De todas formas, los padres que dan esta orden utilizan al niño para dar sentido a sus vidas.
6. No seas un niño. El mandato opuesto al anterior (aunque no necesariamente incompatible, la suma de ambos se transforma a lo largo de un no existas). Este mandato es generado por padres que no aceptan la responsabilidad de tener un hijo que los reclama. A veces, la orden tiene el sentido de presionar al niño para que se haga cargo de sus hermanos menores o, ¿por qué no?, de sus padres, que actúan como niños.
7. Tú no sabes hacerlo. Aquí los padres desprecian los logros de sus hijos, comparándolos permanentemente con los de los otros niños, con los de los adultos y, a veces, hasta con los de los propios padres, que debilitan su ego a través de este mecanismo.
8. No estés bien. Esta orden es dada por padres que brindan atención a sus hijos sólo cuando éstos están enfermos o tienen problemas. Los padres educan a los niños desde temprana edad en los beneficios secundarios de estar mal.
9. ¡No! Este mandato es dado en general por padres demasiado asustadizos. El niño aprende que la vida es peligrosa y que todo lo que haga entraña un riesgo para su persona (en especial lo que da placer).
10. No eres importante. Este mandato aparece en padres que "no tienen tiempo" para el colegio de sus hijos, para sus amigos, para sus necesidades. Estas responsabilidades son derivadas en una asistenta, un abuelo o, simplemente, son ignoradas. Otras veces adopta la forma de una exclusión de la realidad familiar ("vete que tenemos que hablar de algo importante").
11. Sé perfecto. Una derivación de la actitud vanidosa de los padres. Aquí, ellos necesitan buenas notas, destacer en los deportes o habilidad para el dibujo para sentirses orgullosos "de ellos mismos" por haber tenido un hijo tan bueno, tan hábil o tan inteligente. En la escuela sólo se tienen en cuenta los "sobresaliente" y "dieces" o, por el contrario los "suspensos" e "insuficientes". Aquéllos se premian; éstos se castigan. Todas las demás calificaciones son totalmente ignoradas. "¿Qué es un Muy Bien? Cualquiera saca un Muy Bien..."
12. No pienses. Quizás ésta sea una variante del no crezcas. Aquí la sugerencia es el riesgo que existe en tener ideas propias. Lo peligroso es tener ideologías diferentes. Lo dañino es pensar "ciertas cosas" (sexo, drogas, libertad, etc.). Este mandato tiene distintos niveles: desde el "no pienses lo que piensas sino lo que deberías pensar" hasta el "no pienses del todo".
13. No sientas. Aquí los padres están muy asustados de su propio sentir o tienen desterrada de su ámbito de sensaciones alguna emoción: muchas veces la tristeza o el dolor y, a veces, la alegría. En este mandato también hay diferentes variantes: "no sientas nada", "no sientas dolor", "no sientas lo que sientes, sino lo que te digo yo que sientas".
Extraído del libro Cartas para Claudia de Jorge Bucay.