Veréis, estoy encantada con mi nuevo embarazo, pero no puedo quitarme la sensación de encima de una especie de traición hacia Alejandro. Cuando lo pienso, entiendo que tiene que ver con que todavía estoy inmersa en el puerperio extenso del que habla Violeta Alcocer, en el que aún sigo viendo el mundo a través del peque, y siento que él lo ve a través mía. En este contexto, me planteo cómo será nuestra vida dentro de unos meses, cuando no pueda dedicarle toda mi atención, todo mi tiempo y todos mis mimos, y me siento fatal. Fatal porque no se si sabré explicarle a un niñito de 2 años y un poquito que su mamá le sigue queriendo igual o más que antes, que no le abandono, que sigo siendo su mamá.
Tengo la pequeña esperanza de que por aquel entonces hayamos superado los dos este puerperio, iniciando una nueva manera de ver el mundo y de conectarnos con él, pero confieso que verlo ahora me cuesta, me cuesta un mundo.
Si la naturaleza es tan sabia, ¿cómo diablos permite que tengas un nuevo bebé cuando en enlace con el primero sigue siendo tan intenso? A buen seguro que hay algo que se me escapa.
Por casualidad (o no) cotilleando ayer en blogs de crianza en internet, encontré este: http://babbupi.blogspot.com.es/2012/12/la-mirada-triste.html, y que describe taaan bien mis miedos, que lloraba como una magdalena cuando lo leía (ya, ya sé que parte son las hormonas, pero las hormonas no me consuelan). Si le echáis un vistazo entenderéis perfectamente lo que quiero decir.
Por otro lado, y para sumar un poco más a este coctel de emociones, se añade culpabilidad hacia el nuevo bebé. Parece que no le quisiera, que viniera a romper ese estado de bienestar que hay entre Alejandro y yo, y nada más lejos, estoy muy ilusionada, pero tengo sentimientos contradictorios que no se siquiera expresar
¿Cómo habéis gestionado todo esto las que tenéis varios niños? ¿Tiene que ver que Alejandro sea tan pequeñito? Siempre he soñado con tener varios hijos (siempre digo que mi número es tres) y he creído que lo mejor es que se lleven poquito tiempo, pero nunca pensé sentirme así.
Un abrazo, tribu. Gracias por escucharme e intentar entenderme.