La idea ha tenido éxito, demasiado a juzgar por la polluela, porque desde entonces quiere ducharse varias veces al día: está jugando tranquilamente y de repente empieza a quitarse la ropa, sale corriendo en pelota picada, se mete en la ducha y señala el grifo diciendo agua... Si puede ser, si hay tiempo, pues vale, la ducho, el problema es cuando se hace imposible porque tenemos que salir, o porque tenemos visita o lo que sea... aunque se lo intente explicar de buenas, o distraerla con otra cosa, acaba con una rabieta de impresión y no hay forma de calmarla.
Sé que se le pasará, pero si se os ocurre alguna idea, os lo agradeceré.
Besos.
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más...
Mi blog: El mundo de Kim