Es un cambio que puede parecer insignificante, e incluso puede que no sea definitivo, pero me produce un montón de sentimientos que quería compartir con vosotras: una especie de orgullo al ver que mi niño crece, pero mezclado con nostalgia, precisamente porque crece Satisfacción al ver que no me he equivocado y que respetar su ritmo hace que algún día llegue el momento de verle dormirse solito. Esperanza, que se renueva y afianza, de que suceda lo mismo con el resto del sueño, y cuando sea su momento, duerma toda la noche seguidita. Pero sobre todo, el que más predomina, es la nostalgia Que tontería verdad? Echo de menos verle dormirse con su tetita y los truquis que tenía que hacer para poder irme a cenar... Así que, a las que aún estáis en esa fase... disfrutadla!!!! que todo pasa y todo llega. Confieso que yo he sido de las que he llegado a pensar "Jo! estaré haciendo mal? Y si nunca aprende a dormirse sin teta?"... y aquí me tenéis, echándolo de menos!!!
Besitos