Esta mañana hemos ido al cole a recoger unas cosas que nos faltaban. El peque estaba muy ilusionado y algo pasado de rosca debido a la emoción.
Después le había dicho que iríamos a un sitio chulo de bolas a jugar. Lo hemos pasado genial hasta que, al pagar, el pk ha visto unos muñecos que había en el mostrador. Le ha encantado un cocodrilo y, como no, un cofre pirata. Estaba cansado, con sueño, hambre y calor. Todo un coctel para una buena pataleta. Me lo veía venir. Dialogando he conseguido que dejara el cocodrilo, pero el cofre no. Al final se lo he tenido que quitar (costaba 5 euros un diminuto cofre). Se ha puesto a llorar, chillar, pegar, morder...
Le llevaba en brazos ya que si le soltaba, seguro que iría corriendo a por el juguete y había una carretera que cruzar, x lo que no le podía soltar.
Me ha mordido tres veces. Incluso me ha hecho sangre. En el tercer mordisco he perdido los estribos y le he dado una torta. Al llegar al portal, los típicos vecinos: "vaya, que enfadado está". Seguida retorciendose en mis brazos e intentando pegarme.
Al llega a casa, le he soltado en el suelo de mala manera, se ha dado un coco con un juguete, mIentras yo le chillaba cada vez más... Le he llevado al baño y le he duchado. Castigado sIn dibujos.
Buuuuufffff!!!! Me he lucido. En un solo momento he tirado a la basura todos los criterios de respecto y crianza con apego que siempre he defendido a capa y espada.
Vale, estoy premenstrual, nerviosa x todo lo del cole. Pero eso no es excusa. La carita de miedo con la que me ha mirado.... Ahora soy el peor de los monstruos. Me siento fatal. Le he fallado y en el peor de los momentos, cuando más seguridad y apego necesita.
Lo dicho, no busco palabras de cariño ni un "no pasa nada". Porque si que pasa. Esta muy mal. Yo soy la adulta y la madre, no se puede perder así el control.
Solo necesitaba plasmarlo. Nunca más se repetirá. Esa mirada me ha quedado bien grabada...