Las circunstancias en relación al nacimiento de un bebé han cambiado, antes el padre se paseaba nervioso en la sala de un hospital, durante horas no veía a su esposa, no la acompañaba en el trabajo de parto, la mamá permanecía aislada con gente extraña y después del alumbramiento le avisaban al papá: “tuvo usted un niño” y pasaban varias horas hasta que lo conocía y aunque eran momentos emocionantes, esto no se compara a lo que los padres hoy en día viven, acompañan a su mujer, apoyándola y compartiendo las inolvidables sensaciones antes, durante y después del parto.
Tras el nacimiento del bebé, surgen una serie de emociones y de grandes cambios en la vida de la mujer, que desde luego repercuten en todo su entorno, en la familia. Un buen comienzo en la lactancia implica que ésta se desarrolle con éxito. No quiero limitar esos cambios sólo a la madre, pues definitivamente el padre también sufre esos cambios, hay un nuevo miembro en la familia, los cambios en su esposa o en su pareja repercuten en la relación, no me refiero a cambios precisamente negativos, definitivamente todo cambio significa expectativa, miedo, incertidumbre, lo maravilloso sería que la pareja disfrute esos cambios, caminen juntos por el sendero de la paternidad y se apoyen mutuamente. Aun cuando las madres de hecho tienen un inicio hormonal para desarrollar su intuición, creo que los padres también tienen capacidades naturales de crianza, y si se les da la capacidad de desarrollarlas, en realidad pueden participar en el cuidado y bienestar de su bebé.
Todo lo que se diga nunca será suficiente para insistir en la importancia del padre en el éxito de la lactancia, tanto en el inicio como en la continuación. Un estudio que incluyó a 245 madres de Pensilvania en Estados Unidos mostró que el 36% de las madres adujeron la opinión del padre para no lactar. En ese sentido, las campañas recientes de promoción de la lactancia materna integran este dato mientras otras se concentran exclusivamente en los padres, como es el caso de Gran Bretaña.
En la encuesta encomendada por la Liga de La Leche de Francia al Instituto de las Madres, en 2002 , las madres que amamantaron o estaban todavía haciéndolo calificaban la actitud del padre de “muy favorable” (62,21%), de “favorable” (26,55%), de “indiferente” (7,07%) y de negativa (1,39%). Sin duda los resultados pueden ser muy diferentes entre las que no amamantaron
Además del apoyo de la abuela, el jefe, la amiga, la suegra, la tía, el abuelo, el hermano, en fin de toda la sociedad, el apoyo del padre es fundamental; el padre como pilar importante de la familia es quién finalmente está viviendo junto con su pareja una etapa maravillosa de sus vidas. Un padre que apoya la lactancia es un hombre que comprende que su compañera tiene gran necesidad de practicarla, que desea convertirse en un protector y amamante de la pareja que amamanta, una barrera contra el medio a menudo crítico, una mirada de admiración y de aprobación sobre lo que ella hace por el bebé.
Así como la relación madre-hijo es única y maravillosa, también la relación padre-hijo es personalísima y excepcional; con agrado he visto a padres que dudaban sobre la lactancia y sobre sus “capacidades” para criar a un bebé y ahora disfrutan y valoran lo que sus esposas hacen con y por sus hijos, tienen hijos felices y una familia especial, sin lugar a dudas, la lactancia materna es no sólo una forma de alimentación, sino también un estilo de vida.
Padre y madre forman un equipo de crianza en el que cada uno tiene una importante y única contribución para el desarrollo de su bebé. Deben confiar el uno en el otro, respetar su papel exclusivo y ayudarse en los momentos de tensión. Lo más importante que pueden hacer por su bebé es amarse el uno al otro.
Es importante señalar que cada circunstancia es diversa, toda las familias distintas, culturas diferentes, pero lo que todos tenemos en común es que somos madres, padres y que queremos lo mejor para nuestros hijos; hay momentos que son exclusivos de la madre, como amamantar, si se optó por la leche materna, pero también el padre puede cambiar pañales, cantarle, mecerlo, contarle cuentos, acariciarlo y todo ello favorecerá a crear un vínculo con su hijo y mamá tendrá tiempo para descansar un poco, logrando grandes beneficios para toda la familia.
SUGERENCIAS:
Enseguida algunas sugerencias prácticas de lo que papá puede hacer para apoyar en casa y compartir con mamá crianza y situaciones familiares:
Labores domésticas: Cuando llega un bebé a casa la madre necesitará mucho tiempo y tranquilidad. En este caso, sería ideal contar con ayuda externa o platicar con el padre para que se pueda ocupar de lavar la ropa, de preparar algo de comer, o de algunas labores de limpieza.
Hijos Mayores: Los hermanos mayores necesitan atención y tiempo, papá puede ocuparse de ellos, llevarlos al parque, hacer la tarea o alguna otra actividad para dejar a la madre con el bebé mas pequeño.
Tareas con respecto al bebé: Al principio el bebé estará la mayor parte del tiempo con la madre, pero poco a poco el padre puede compartir varias tareas siempre respetando las necesidades del pequeño, pues a menudo solo querrán a mamá, pero al principio pueden hacer algunas tareas juntos y después el bebé aceptará a su padre con agrado a la hora del baño, en el cambio de pañales, al cargarlo para tranquilizarlo o dormirlo.
Apoyo emocional a la madre: El apoyo que brinde el padre será de gran ayuda a la madre cuando surgen obstáculos, como pezones agrietados, presiones para dejar de amamantar, agotamiento, etc. Si hay apoyo y comprensión mutua, se supera cualquier problema.
TIEMPO:
El gran obstáculo que muchos padres encuentran es el trabajo. Las aficiones, hobbies, etc., pueden esperar y dejarse momentáneamente de lado, una madre deja muchas cosas al momento de dar a luz. Muchos hombres ven esto como un sacrificio, pero claro que vale la pena, además no debe ser tomado como un castigo, sino como una nueva etapa en la vida de pareja, una etapa diferente en su familia.
COLECHO:
Es una opción perfectamente válida, sólo hay que respetar normas básicas de seguridad y platicarlo en pareja. El colecho ayuda enormemente a quela madre pueda descansar mejor por las noches, posibilitando que las tomas nocturnas sean más fáciles y cómodas. No supone “malcriar” ni es perjudicial, tampoco ha de suponer un ataque a la intimidad de la pareja, los encuentros se pueden llevar a cabo en cualquier otro lugar de la casa. Experiencia que se debe disfrutar.
IGUALDAD:
Igualdad en lactancia no supone hacer los dos lo mismo al 50%. Es evidente que la naturaleza hizo diferente al hombre y a la mujer. La igualdad no se mide en clase de tareas, sino en tiempo. Ejemplo: las noches, las tomas nocturnas están con la madre y se presume que el padre duerme mejor, entonces puede madrugar y llevarse al bebé o al niño y dejar a la madre descansar un rato mas para compensar. Se trata de ser un equipo y de funcionar como tal.
Madres: Brindemos a los padres esa confianza que necesitan, confianza en sí mismos para desarrollar el arte de la paternidad.
Padres: Brinden a sus mujeres el apoyo que necesitamos, caminen junto a ellas para desarrollar el arte de la maternidad.
Ambos: La información es una herramienta fundamental para el buen desempeño de cualquier cosa que hacemos. Amor y respeto mutuo será el pilar de una buena relación de pareja y para el desarrollo de una familia feliz.
http://www.llli.org/Lang/Espanol/NCVol16_3b_04.html
http://www.llli.org/docs/fathers_support07.pdf
El arte femenino de amamantar. La Liga de la Leche Internacional. Editoral Pax, México.