Hoy vinieron dos de mis sobrinos (10 y 6 años) a jugar con mi hijo a casa. Mi cuñada, hermana de mi marido, la madre del de 6, tienes unas ideas en cuanto a crianza digamos - ejem - diferentes a las mías (pack completo de barbaridades varias). No nos llevamos demasiado bien, pero nos respetamos por eso de la convivencia familiar. No es solo porque nuestros respectivos puntos de vista son opuestos en casi todo, sino porque con ella no se puede hablar, tiene que aleccionarte en todo.
Hoy me suelta una perlita, me empieza a contar lo bien que funciona el tiempo fuera, y yo venga a contarle que no es efectivo a largo plazo y bla bla bla, menciono estudios, autores y ella erre que erre, que no, que no veas lo bien que le va con su hijo, que todo el mundo le dice que qué niño más educado, me ahorro los detalles porque fue una charla de besugos. En resumen, discusión muy civilizada sin levantar la voz con ganas mutuas de agarrarnos del pescuezo y cabreo educadamente disimulado.
A todo eso, mi marido estaba en el cuarto con los niños y se perdió el debate.
Se lo conté cuando se fueron y por mucho que me esfuerce no se entera, no entiende por qué las mujeres nos cabreamos por estas cosas . No es que no me dé la razón, es que no consigue entender el motivo de la discusión, viendo que la teoría no le entraba en la cabeza, he recurrido al ejemplo práctico, le pregunto ¿qué te parecería encerrar a nuestro hijo en el cuarto cuando hace una trastada y no dejarle salir durante el tiempo reglamentario, se ponga como se ponga?.
Y me contesta pues yo no estoy de acuerdo con eso, si hace una trastada creo que hay que explicarle las cosas, no dejarle solo.
Entonces replico: cojonudo, en cambio tu hermana cree que es mejor encerrarle en el cuarto. Ni por esas oye, siente mucho que esté cabreada pero no me puede ayudar porque sigue sin entender el motivo. No sé si es cosa suya o la incapacidad de entender los matices va ligada al cromosoma Y.
Por lo de "mal de muchos, consuelo de tontos" y por curiosidad, ¿los vuestros también son así?
Besos.
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más...
Mi blog: El mundo de Kim