Mientras la bañaba por la tarde me advirtió que recogiese esa marabunta de ropa y desorden que había encima de su cama porque esta noche iba a dormir allí. Le hice caso y entre las dos pusimos su cuarto en condiciones. Me advirtió que para domir, lo haría igual que siempre: en el sofá con su/mi teta pero que cuando estuviese dormidita en lugar de echarla en mi cama, que la acostase en la suya. Así lo hice. Dejé una luz tenue encendida por si se despertaba y la acosté allí cuando se durmió y voilá! allí se ha quedado tooooooda la noche. Se ha despertado (eso me ha dicho) pero se ha tapado, se ha dado media vuelta y ha seguido durmiendo tan tranquila. Esta noche piensa repetir...
Y podría poner un , lo sé, pero estaba tan segura de que este momento llegaría el día menos pensado, que ni siquiera me ha sorprendido, ni siquiera me he despertado más veces de lo habitual ni nada de nada. Con sus 6 añazos, tomando teta, necesitando brazos y el calor de su mamá, ella se siente preparada para dar el paso y así lo ha hecho. Y yo, yo...yo no quedo en mí de orgullo. Porque sé a ciencia cierta que lo estamos haciendo fenomenal, porque sé que mi niña está segura de sí misma y de sus padres.
Así que vuelvo a tener la cama de 1.35 para nosotros solos y para la tranquilidad de mi madre, de las vecinas, de las amigas, de las cuñadas, etc. que se pensaban que llevaba 6 años sin vida privada ni sexual ni de poder hablar con mi socio (qué sabrán ell@s ). Todo llega, al final todo pasa y todo llega...