A mí me parece perfecto, pienso que son ellos los que deben elegir sus intereses y aficiones y nosotros potenciarlas si hace falta, pero en ningún caso imponerles nuestros gustos o decidir por ellos.
Sin embargo, la mayoría de los niños con los que se relaciona, ya sean familiares, hijos de amigos, compañeros de cole etc., sí que tienen una especie de "obsesión" por el fútbol, algunas veces surgida de forma espontánea y otras impulsada por los padres. En otras palabras, he notado que a veces mi hijo se siente fuera de lugar porque no sabe quién es Cristiano Ronaldo, porque los otros niños hablan de partidos que él no ha visto o intercambian cromos que él no colecciona.
La semana pasada fuimos de viaje unos días y tuvo un pique, estaba jugando al fútbol coon otros niños, uno de ellos le dijo que era malo y vino llorando, en su momento le comenté que no era malo, pero que como no juega a menudo tiene menos práctica, le puse como ejemplo otras cosas que se le dan bien etc; más tarde le planteé la posibilidad de apuntarle a alguna escuela de fútbol si quiere aprender, pero me dijo que no quiere.
Mi marido es futbolero pero nunca ha intentado transmitirle su afición, hasta ahora ha opinado que se le debe respetar, pero últimamente se plantea ir acercándole al fútbol para que no se sienta excluido.
Estoy dividida. Por un lado, me parece muy valiente que mi polluelo quiera ir contra corriente, por otro me espanta que pueda tener que sufrir por ello. ¿Qué opináis?
Besos.
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más...
Mi blog: El mundo de Kim