Se la va a llevar al colegio.
Ayer se asustó mucho. Cuando estábamos en el parque fue a comer una galleta y se le quedó el diente en el labio, le salió sangre y al notarla se puso muy nerviosa y a llorar. Me costó tranquilizarla sobretodo porque había padres por ahí que empezaron, ¡bah, venga que eres muy mayor para llorar! ¡pero si no es nada! y ella los escuchaba y más lloraba. Hasta que he conseguido llevarla a la fuente y le he dado agua para enjuagarse y luego le he explicado el motivo de la caída del diente. Porque tienen que caerse y sale sangre.
Al llegar a casa lo lavamos, lo secamos y lo pusimos en una bolsa debajo de la almohada.
Menudo regalo del día del padre.