MERE escribió:Por cierto, no me siento invadida, me siento acompañada estais en vuestra casa.
Edito para decirte Kim, que me parece que tú vivirás la experiencia antes que yo y que me viene genial
No sé si viviré esa experiencia, o en caso de vivirla, si será antes o después que tú; pero lo que sé es que si se diera el caso, esa experiencia es el siguiente paso natural que tendría que dar.
El parto de mi polluelo fue estupendo, lo más parecido a un parto natural, como nos pilló de noche, fue rapidísimo y nadie se coscó, hice la dilatación en la habitación, sola con mi marido, yendo de la cama al baño y del baño a la cama; llegué al paritorio en pleno expulsivo, tres empujones y salió. Sin rasurado, ni enema, ni goteos, ni nada de nada. Peeeero nos separaron al nacer, para el apgar, para limpiarle, para subirle a la habitación, para coserme la episiotomía, le dieron un "refuerzo" de glucosa sin avisarme (y yo como una imbécil no sabía que eso no era normal).
Con la polluela fue al revés. Fue una inducción, por culpa mía porque estaba cansadísima y pesadísima, porque mi primer parto había sido rápido y me daba miedo no llegar al hospital, por muchas razones. Y me comí el protocolo con patatas, desde el enema hasta el personal abroncándome por no querer ponerme la epidural porque "con oxitocina sintética duele mucho más y no aguantaría el dolor". Me sentí como un trozo de carne, con el dolor de las contracciones (porque al final casi me obligaron a ponerme la epi pero como tengo un tatuaje en la espalda no me pincharon bien y no me hizo efecto) y allí inmovilizada en el potro sin poder levantarme cuando mi cuerpo me pedía a gritos caminar para aliviarme.
En cambio, no nos separaron al nacer, la polluela estuvo todo el rato encima mío, piel con piel.
He tenido dos partos muy diferentes entre si y de cada uno he aprendido algo diferente: del primero, aprendí a no tener miedo, porque la idea de parir me aterraba y descubrí que es lo más natural del mundo; del segundo, que es muy importante confiar en los médicos que te atienden pero más todavía confiar en una misma. Perdón por la bastez, pero como decía Carmen de Mairena, qué poderío tengo en el ****.
Así que si hay tercero, vamos a cerrar el círculo. Tendré que lidiar con el socio, que se llevará el primer soponcio al enterarse de mi estado y el segundo cuando descubra que pienso parir en casa, pero a partir de allí lo demás será un camino de aprendizaje.
Como dije, no lo busco, aunque mi sexto sentido dice que vendrá. Si viene, os prometo desde ahora que lo compartiré con vosotras desde el momento en que vea dos rayas en el test. Lo contaré aquí, en facebook, en mi blog y donde se tercie para que estéis enteradas . Por cierto, tengo fotos de mis hijos recién nacidos pero no tengo ningún video del parto (así tendré al socio con las manos ocupadas mientras esté gruñendo como una loca en cuclillas en el suelo del dormitorio jeje), esta vez quiero uno .
P.D.: Si alguna de vosotras sabe cómo conseguir un parto orgásmico de esos, que nos lo cuente
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más...
Mi blog: El mundo de Kim