Pero la anécdota sucedió la primera tarde que fuimos este verano.
Supongo que aunque se acordaba de la playa, el mar, sus cachibetes de verano y sus bikinis, no se acordaba de las sensaciones que esto todo le producía.
Cuando llegamos, casi no me dejó desvertirla, corrió para el agua, (había formado un pequeño charco, en el que había muchísiiiimos niños jugando).
Empezó a chapotear y a saltar, y se oían sus carcajadas en toda la playa.
De repente se me acerca y me dice:
¡Gracias mami, por traerme a este sitio tan bonito, me encanta, eres una princesita!!!!
Me emocionó tantooooo, ayyyyy, amor de madre, ya lo sé.
El caso es que un señor que estaba allí, me dice:
¿Es la primera vez que viene a la playa en su vida??
Y le digo, no, no es la primera vez, es la primera vez este verano.
Y me dijo, pues si que vive con intensidad y emoción el momento. Qué bonita es esa alegría tan desbordante que arroja. Se nota que es una niña feliz.
Me encanto esta frase, y me quedó marcada. Qué felicidad verla tan contenta, tan emocionada, tan, tan, TAN FELIZ.
Quería compartirlo con vosotr@s.