Hoy cumplimos cuatro hermosos años de mágica lactancia y cada vez me llena más. A estas alturas, ya hemos pasado por encima de médicos, de familiares, vecinos, conocidos, desconocidos e incluso en muchas ocasiones por encima de papá.
Los que dijeron que nunca te separarías para nada de mí, SE EQUIVOCARON.
Los que dijeron que nunca dormirías del tirón, SE EQUIVOCARON.
Y aquí seguimos ( y presiento y deseo, seguiremos) con la tetita.