No entre en el bucle, kim, lo mejor es no entrar. Muchas veces intentamos negociar porque tenemos en nuestra mente que es "lo que debemos hacer" pero nuestro interior no tiene "ganas" de hacerlo (ufff, no sé si se me entiende). Cuando llego a este punto retrocedo y no sigo adelante porque sé que mi paciencia NO es real. La tengo porque sé que la tengo que tener no porque me salga de dentro, ¿me entiendes?. Ante eso, se lo explico y me retiro. Para mí es mucho mejor así.ESte punto me suena. Cuando la mayor entra en ese círculo y yo la acompaño, es demasiado. Ella empieza, "mamá que me tranquilices" y yo continúo "no no puedo hija porque primero necesito tranquilizarme yo" y me noto que le intento calmar pero como yo estoy muy enfadada no me sale y eso le provoca que se enrabiete más y patalee y yo me cierro todavía más y me noto como una olla a presión a punto de explotar. Llegado a ese punto me voy a la habitación después de avisarles, cierro la puerta cojo el almohadón y suelto allí el grito que tengo a punto de salir y me salen de la boca sapos y culebras. Una vez que me he desahogado salgo y ya puedo tomarla en brazos y cuando yo estoy tranquila y dispuesta zas, la rabieta desaparece por arte magia .
Y sí me tengo que escuchar "mamá esa no es manera de tratarme", "mamá no se grita porque me estás faltando al respeto", "mamá, mamá". y yo
En ese momento se me olvida que yo soy la persona adulta y que mi hija sigue siendo una niña pequeña que, aunque casi tenga 6 años, sigue necesitándonos para tranquilizarse y comprender lo que pasa. A veces se me olvida y le exijo más simplemente por tener los 5 años.