Cuánto hemos compartido todo este tiempo! Cierto es que Alle ha sido mi refugio y mi consuelo. Hemos pasado por una experiencia idéntica, nuestros niños son dos gotas de agua.
En mi caso ha sido el logopeda de atención temprana el que, en la segunda cita, me dijo que mi hijo podía tener algún trastorno grave. La última vez que nos hemos visto me dijo que era un niño pequeño para un diagnóstico y que había que esperar si avanzaba o se estancaba (el logopeda básicamente con palabras textuales dice que Jorge "se relaciona con otros niños de forma primitiva" y le reprocha que no le interese el juego simbólico). No juega con muñecos, verdad es. Pero está todo el día con los coches y un garaje que tiene. O hacemos puentes y túneles con bloques y pasan coches (ayer era una botella de agua el coche que teníamos). En nuestro caso será en febrero o marzo cuando nos vuelvan a valorar. Jorge avanza. Eso es lo importante y mi hijo me dice cada día como está. Va hablando cada vez más. Ante las opiniones del logopeda en la guardería siempre se han llevado las manos a la cabeza, lo único que mi hijo presentaba era retraso en el lengüaje.
Y os preguntaréis por qué sigo con atención temprana. Sigo por si acaso. No sé cómo explicarlo. Mi marido no confía en ellos ni nadie de mi familia. Incluso un día mi madre me llegó a decir una barbaridad que no reproduzco. Por eso Alle me ha ayudado tanto, porque entiende perfectamente la situación. Lo que ha llegado el logopeda a provocar es que cualquier comportamiento de mi hijo lo analizo al máximo, estoy pendiente de cualquier cosa y no disfruto todo lo que debería de él. Qué complicado es! Y sigo porque tengo miedo que el logopeda tenga razón, lucho conmigo misma porque veo que mi hijo está bien pero y si pasara algo? No me lo perdonaría. Hemos dejado ya las sesiones con atención temprana. Ahora todo consistirá en que le visitarán de vez en cuando en el cole para ver como evoluciona. Y así estamos. Un abrazo.
En cuanto al control de esfínteres íbamos genial. Pero un día que nos fuimos a la playa, tenía unas ganas enormes de ir al baño. Fuimos así como 6 ó 7 veces al baño de la cafetería y no lo conseguía. Incluso lo intentamos en una pradera y nada. Al final, en el coche, le dije ante aquella carita de sufrimiento, que lo hiciera. Y clavándome los ojos (expresando sin palabras que no se lo debía hacer encima) lo hizo. Y desde ese día(metí la pata) no me pide ni pis ni caca. Tengo que estar pendiente.
Al cole va muy contento. El más contento de su clase con diferencia. De momento. Esta semana quedaré con su profe para que me comente.
Edito para mencionar y agradecer su ayuda a Iri. Un cielo.
Mon, por favor, he perdido tu e-mail. Hemos formateado el ordenador y he perdido todos mis contactos salvo Alle.