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En mi opinión el truco que de verdad funciona (o por lo menos nos ha funcionado a nosotros) es no agobiarle, no presionarle, no insistir en que coma una determinada cantidad. Que pruebe lo que hay y decida si le gusta o no y cuánto quiere comer. Si el niño sube bien de peso es lo único que importa. ¿Que la suegra llama para saber si ha cenado? Pues el problema lo tiene ella, no el niño, puedes mentirle o ponerte borde si te fastidia que lo haga.
Si no come, no es porque os tenga tomada la medida. Pienso que los niños NO nos toman el pelo, ni para comer, ni para dormir, ni para ninguna otra cosa. Puede ser que no coma porque las cantidades que se le ponen en el plato sean superiores a lo que realmente necesita (solución: preguntarle cuánto quiere antes de servirle, y recordarle que puede repetir o dejar lo que no quiere) o que relacione la comida con un momento desagradable (solución: quitarle la presión).
De todos modos el verano también influye, muchos niños comen menos y beben más (si es el caso, ofrécele cosas fresquitas, como fruta o zumos naturales).
De todas formas, suelen comer mejor en la guarde o en el cole que en casa, yo lo llamo el efecto comedor
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gracias