- Lun, 11 Jul 2011, 18:01
#394297
Uf, yo estoy en fase de intentar arreglar ese tema con Juan Antonio. Llegó un momento en que me di cuenta de que yo le trataba con todo amor y respeto, y él me trataba fatal, y pensé que necesitaba respetarme más a mí misma porque ese es el ejemplo que le estoy dando, y quiero que él aprenda a respetarse a sí mismo para que los demás le respeten, (es algo que hay que empezar con uno mismo, como tú te trates te tratarán los demás).
Así que lo que hice fue inventarme unas reglas, muy poquitas (cuantas menos mejor, eso creo yo, solo las cosas que hagan qeu más nos preocupen), y se las empecé a enseñar y a recordarlas todos los días, y cada vez que hace algo que no me gusta, le recuerdo la regla pertinente, y parece qeu funciona más o menos bien, salvo alguna vez que está muy revuelto, pero he notado una mejoría en general en su comportamiento).
Mis reglas son:
Regla número 1: Las cosas se piden por favor, y sin llorar, y sin gritar. (esto es lo que mejor funciona de las cuatro. Yo cuando se las recuerdo, le digo la mitad de la regla y él la completa, yo le digo "... se piden... y él dice, por favor, y yo y sin.... y él, llorar, y yo, y sin... y él gritar)
Regla número 2: No se pega, ni se empuja, ni se muerde. Pegar hace daño.
Regla número 3: las cosas no se tiran, se dejan con cuidado.
Regla número 4: y la más importante, hay que hacer caso a mamá (se adapta según con quién esté), y si mamá dice párate cuando vas corriendo, tienes que.... (y él dice, parar) y si digo ven aquí corriendo tú tienes que... y él "venir". ESta regla es para la calle, porque sale corriendo y me da unos sustos...
La cosa es que, para mí, las más importantes son la primera y la última. Lo del respeto lo decía porque yo le he dicho que si me grita o si me pide las cosas de malos modos, yo no le entiendo, y no le daré lo que me pide o no iré, o no le contestaré, depende de lo que sea. Para mí, acudir cuando me llama de malos modos es no respetarme, es enseñarle que mamá no merece ser tratada con respeto, y yo no quiero que él aprenda eso.
Además, paralelamente, he empezado a decirle las cosas, incluso cuando estoy enfadada de verdad (al menos lo intento) con calma. Intento no perder los nervios y convertirme en un manojo de gritos y de histeria. Me he dado cuenta de que, aunqeu él se suba al techo, si yo permanezco con un tono de voz calmada, lo que le digo le llega más, es como que él entiende que no me altero y que tengo claro que no voy a bajarme del burro.
en fin, no sé, de momento parece que me va funcionando bien, parece que está ma´s calmado y receptivo, sobre todo porque sabe que si me pide las cosas llorando o gritando, o gimoteando (qué rabia me da eso), no va a conseguir nada, en cambio, en cuanto me lo pide bien, se lo doy con una sonrisa, y le digo, me encanta que me hables así, me hace muy feliz que me hables con respeto. quizá no lo entienda, pero ya le irá quedando.
Una última cosa, a la vez he empezado a jugar más con él, a prestarle toda la atención que puedo, y a revolcarme por la alfombra con él, en fin, cosas que no hacía porque soy pelín sosa para jugar. Creo que es importante reforzar el lazo, equilibrar, ya que me he puesto más dura por un lado, por el otro estoy más disponible, y creo que esa combinación me funciona
buena suerte, yo os contaré si hay cambios significativos.
un gran abrazo.