- Mar, 21 Jun 2011, 23:10
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Hola a todos, tengo una niña de casi 4 años, es encantadora, autónoma, muy obediente e inteligente, sus notas éste año han sido excelentes, pero no es capáz de mantener el ritmo de su clase, para hacer cualquier cosa conmigo se toma su tiempo, tengo que tener una paciencia de oro, siempre lo hace todo sin rechistar, aunque tardando para todo una eternidad, ella es muy feliz en su propio mundo fantasioso donde cada cosa que hace es jugando con su parsimonia y a su ritmo de juego, no es tímida pero se divierte más jugando sóla que con otros niños, cosa que también me preocupa, su mundo en el que todo lo convierte en juego es más atractivo que lo que un niño pueda ofrecerle; la maestra piensa que es muy inteligente pero siempre termina la última para todo: hacer las fichas es un problema porque es muy lenta, le llega la hora del desayuno, todos han terminado de desayunar y van al patio, la maestra lleva su desayuno al patio para respetar su ritmo y no pierda ese momento en el que ella se pueda relacionar con otros, aunque mi niña pasa de ellos; la maestra piensa que el año que viene si sigue a éste ritmo tendrá un problema, y cada año que pase será peor, por muy lista que sea, llegará el momento que se pierda, la considera una niña rara, porque no es una niña "lentorra" es que se distrae y hace juego con absolútamente todo y aunque parece que no atiende, le preguntas y lo ha memorizado todo. Mi paciencia es infinita, aunque en contadas ocasiones he perdido los estrivos y al final hemos terminado las dos llorando, no quiero vivir todo el día diciéndole: corre, venga, vamos, un dos, un dos; es verdaderamente estresante, así que consigo que haga las cosas a base de juegos (rápido sube al coche que si no te da un bocado el cocodrilo en el culete y pongo la mano como si fuese un cocodrilo con la boca abierta) de esa manera corre más y se divierte mucho, pero seguirá siempre en un mundo fantasioso; la maestra no sabe qué aconsejarme, y yo estoy desesperada ¿alguien puede ayudarme? muchísimas gracias
La joya más bonita que una mujer puede tener alrededor del cuello son los brazos de un hijo