En la entrada de casa tenemos un perchero que siempre está a tope de abrigos y mil cosas más. Ya hacía tiempo que me daba no sé qué tenerlo ahí, porque solo con tirar un poco de algún abrigo, el perchero se movía.
Pues un día mientras yo estaba en el baño, mi hija me pedía la bufanda y el gorro que estaban en el perchero. Y yo le decía ya voy, ya voy... cuando escuché un bum y luego silencio. Salí pitando del baño y solo vi perchero, que se había caído al suelo. Empecé a quitar abrigos y veo a mi niña que se había quedado tan asustada que no decía nada la pobre. Solo empezó a llorar cuando la squé de debajo de los abrigos.
Por suerte el palo del perchero quedó a su lado, no encima de ella. No quiero ni pensar qué habría podido pasar...
Pues eso, que mucho cuidado con los accidentes domésticos.