- Sab, 26 Mar 2011, 15:46
#389332
Gracias chicas!
Ahora que tengo un poquito más de tiempo, os escribo un mensaje en condiciones.
Pues eso, que estoy muy contenta con las novedades que os dije. Hacía tiempo ya tenía ganas de volver a trabajar, pero ni me salía trabajo ni tenía tiempo ni fuerzas para buscar. La guardería la descartamos cuando vimos a principio de curso que le iba a costar mucho la adaptación, y como yo todavía no tenía trabajo, nos olvidamos del tema.
Pero luego, justo cuando empezaba a notar que mi niña ya empezaba a ser más independiente (dentro de lo muy dependiente que sigue siendo
) resulta que empezaron a llegarme ofertas de trabajo y nuevos contactos (soy traductora y correctora autónoma). Al principio pensé "Mira, qué casualidad", pero luego le estuve dando vueltas y me di cuenta de que si justo en ese momento me venía trabajo sería por algo. No es que crea que haya fuerzas sobrenaturales que rijan nuestras vidas ni nada por el estilo, más bien que cuando no estamos preparados para algo, simplemente nosotros mismos lo bloqueamos. Antes estaba volcada al 100% a mi hija, no podía ni quería dedicarme a nada más.
Leí el artículo de Laura Gutman "El final del puerperio y el nacimiento del yo" que me recomendó Loli en otro post y entendí muchas cosas que me estaban pasando. Me di cuenta de que de una forma natural mi hija dejaba de reclamar muchísima atención para pasar a reclamar "sólo" mucha atención, que empezaba a dormir mejor, y que yo poco a poco empezaba a interesarme por otras cosas, cosas que no había vuelto a hacer desde que mi hija había nacido: leer antes de acostarme, interesarme por la literatura de nuevo, pensar en nuevos proyectos de trabajo que me gustaría hacer. Puede parecer una tontería, pero para mí fue increíble. Fue como reencontrarme después de mucho tiempo. Hay una frase del artículo que se me quedó grabada, porque describía perfectamente lo que sentía: “la madre experimenta un retorno (paulatino) a lo real. Como si despertara de un sueño, terminara un largo viaje, concluyera una etapa… las gotas de lo real van cayendo sobre ella e invitándola a volver la mirada hacia algunos aspectos de su mundo, su existencia, que hasta ahora permanecían casi dormidos”.
Eso es lo que sentía, como si poco a poco despertara de un sueño que había durado casi dos años.
Y justo en ese momento, me llega trabajo. No fue casualidad. Fui yo misma la que antes antes me había estado bloqueando (porque eso es lo que necesitaba en aquel momento) y yo misma la que rompí la barrera para que llegaran nuevas oportunidades (porque en aquel momento ya estaba preparada para ello).
Está siendo un proceso maravilloso y a la vez difícil, porque nunca es fácil mirarse de nuevo en el espejo y buscar dentro de uno mismo, pero creo que me llevará a algo bueno.
Y no quería dejar de compartirlo con vosotras, porque sé que podéis entenderme, y porque sé que muchas de vosotras habréis pasado ya por ese momento o lo estaréis pasando justo ahora. Y compartirlo me ayudará a comprenderlo mejor.