hace dos días, haciendo limpieza en el armario de Aroa, encontré una caja con la bañera donde bañaba a Aroa de pequeña (esas bañeritas hinchables que te las puedes llevar a todas partes). Como ella la vió, quiso que se la inflara para meter a sus muñecos dentro, y así lo hice. Estuvo jugando allí un rato hasta que decidió meterse ella dentro (haciendo filigranas, claro, pues ya no cabe en ella). Y la conversación que vino a continuación fue la siguiente:
- mami, después me bañas con esta? no en la grande, en esta.
- pero es que se te ha quedado pequeña, no ves que casi no cabes en ella? vas a tener frío porque el agua sólo te llegaría por la barriga.
- yo me bañaba aquí de pequeñita?
- sí, cuando eras una bebecita, mamá ponía la bañera encima de la mesa de la cocina y te bañaba ahí.
Silencio, un buen rato de silencio y luego continúa:
- mami, cuando sea más pequeñita y vuelva a tu barriguita, voy a nacer y me vas a bañar en esta bañera.
- Cariño! pero es que ya no volverás a ser pequeñita, ahora irás creciendo cada vez más.
- pero yo quiero ser pequeñita y volver a tu barriguita.
- te gustaría estar de nuevo en la barriguita de mamá?
- sí, que ahí se está muy calentito!