Pero quería dejaros la carta que le he escrito hoy. Desearía poder leérsela, pero sólo me ha permitido dos frases. Pobrecilla, con toda la parrafada que he escrito y ella que sólo quería jugar con el túnel que le hemos regalado. Creo que ha entendido mucho mejor el "te quiero mucho hija" acompañado de un fortísimo abrazo. Ya tendrá tiempo de leerlo cuando sea más mayor, y tal vez entonces entienda el significado de mis palabras.
bueno, al grano, que hoy estoy muy ñoña. Aquí os dejo la carta. Prometo fotos del cumple y de los detalles.
http://anuskayaroa.blogspot.com/2011/01 ... ntigo.html
Tres años contigo...
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... tan poco tiempo y, sin embargo, tan lleno de intensas sensaciones.
Mi pequeña flor, Aroa, tan pequeña e inocente, y a la vez con tanta fuerza y sabiduría.
Hace ya tres años que llegaste a nuestras vidas, inundando de luz nuestro hogar. Sin tú saberlo, llenaste un hueco tan profundo en mí, que por fin siento que estoy completa como mujer. Contigo aprendí el verdadero sentido de la maternidad, comprendí el valor de la palabra MAMA, entendí el porqué de muchas cosas. Tan pequeña, y ya me has enseñado tanto ...
A lo largo de este tiempo he ido aprendiendo el valor de las pequeñas cosas, de esos momentos cotidianos que solemos dejar pasar de largo y que, sin embargo, están llenos de nuevas sensaciones, colores, imágenes, personas, matices, etc. He conseguido poder ralentizar el tiempo para detenerme contigo en esos detalles y saber disfrutar de ellos.
Me has devuelto a mi infancia, recordé canciones que tenía olvidadas, reviví situaciones afectivas con tu abuelita Ali y las repetí contigo, mi corazón se llenó de magia para hacer volar tu imaginación, el suelo se volvió mi aliado impensable y, desde esa posición, descubrí un mundo fantástico y maravilloso, lleno de sorpresas.
Pero sobre todo descubrí un rincón en mi alma, hasta ahora apagado, que comenzó a brillar con una luz especial, intensa pero no cegadora, cálida sobre todo. Una luz que me transformó radicalmente. O tal vez haya sido que despertó una parte de mí que estaba dormida y necesitaba de ti para despertarla. Eso nunca lo sabré.
Lo que sí sé es que esa transformación me gusta, cada vez más.
Pero con tu llegada, también he descubierto esa sombra que he llevado guardada durante toda mi vida, esa sombra que me he negado a ver o que tal vez simplemente era desconocida para mí. Hiciste que despertara una sombra que pesa en mis hombros de una manera inimaginable. Pero también en este caso tú me has ayudado a verla, a reconocerla, a cogerla de la mano y enfrentarme a ella, a descifrar su mensaje, a aprender de ella.
Y estos tres años son, además, tres años conectadas a través de "la tetiña", como tú la llamas. Hemos pasado por muchos baches, yo diría que demasiados. He estado a punto de sucumbir a veces, incluso ahora, pues hay momentos en los que se me hace cuesta arriba tu excesiva dependencia de mis pechos. Pero de nuevo me has mostrado el camino, me lo muestras cada día. Sé que no sólo te estoy alimentado, te estoy dando algo más, ambas nos damos mútuamente.
Tuvimos comienzos difíciles. tú estabas a mi lado, pero yo miraba hacia otra parte. Te miraba pensando que lo hacía con ojos de madre, pero no era así: te miraba con los ojos de los demás. Me llevó tiempo aprender a mirarte como tu mamá, a pensar en tí y en mí y no en los comentarios gratuítos de los demás, a escucharte de verdad. Y todo esto me lo enseñaste tú también. Y se estableció un vínculo indescriptible.
Qué más puede pedir una madre?
Pero en este punto me hago la siguiente reflexión: cuando sabemos que vamos a ser mamás, no pasa un día en que pensemos en la cantidad de cosas que os vamos a mostrar, la infinidad de enseñanzas que os podemos ofrecer, los innumerables consejos que os vamos a dar, etc. Y, sin embargo, las que en realidad acabamos aprendiendo somos nosotras, madres contaminadas por los dictámenes de una sociedad autoritaria y patriarcal, que pretende dirigir nuestras conductas, privándonos de nuestra libertad de esoger y donde está mal visto no seguir la senda de lo políticamente correcto. Y con vuestra llegada, almas puras e inocentes, nos ofrecéis las enseñanzas más importantes y valiosas que alguien pueda recibir a lo largo de su vida, nos dais todo lo que tenéis a cambio de nada y, sobre todo, nos dais amor, mucho amor.
Por todo esto y por mucho más, te doy las gracias mi pequeña princesa, por haber llegado a nuestras vidas, por habernos escogido a nosotros para ser tus papás (porque sé que de alguna manera escogiste el momento y la manera de entrar en nuestras vidas), por enseñarme un camino nuevo, por ayudarme a sortear montañas que sin tí sería imposible que llegase a cruzar, por aguantar mis enfados, mis nervios siempre injustificados, por ser tan cariñosa con todos nosotros, por decir siempre lo que quieres y enfadarte para conseguirlo, por no querer desengancharte de la teta, por tu sonrisa, por tus besos y achuchones ...
Y gracias por haberme mostrado el verdadero sentido de ser MAMA.
Te quiero muchísimo.