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Antes de nada, quiero darte la enhorabuena por llegar a donde has llegado, por no venirte abajo, por luchar contra viento y marea, por no darte por vencida, por creer en ti y en tu pequeña, por querer y amar a tus hijos como lo haces.
tu relato me toca mucho la fibra sensible porque yo pasé algo parecido con Aroa, pero con el agravante de que yo me encontraba sóla: mi marido no me entendía y sus consejos eran como los de todos los demás, biberón antes que un imposible; mi familia (salvo una de mis hermanas que amamantó a mi sobrina hasta los 4 años) me aconsejaba que diera biberón, que yo no tenía leche suficiente, que Aroa no se alimentaba, etc. No conocía por aquel entonces a ningún grupo de apoyo a la lactancia, no conocía este foro (básicamente porque no tenía internet).
Como tú, me había informado todo lo que pude, todo parecía que resultaría muy fácil. Pero no fue así. Y durante meses me creía morir. pero escuché a mi instinto y a mi hija, y todo cambió.
Y entonces también llegó a mi internet. Y os conocí porque mi hija tenía un sueño complicado (o al menos así me lo parecía a mí), y comencé a ver que lo que a mí me sucedía no era tan raro. Pasamos por varios baches y ... aquí estamos, con casi 3 años de lactancia, y creo que va para largo.
desde el principio tuve la sensación de que algo no marchaba bien. Por lo que había leído, pensaba que la niña iba a querer estar enganchada al pecho a todas horas, pero no era así
Imagino que tal vez ese miedo que tú sentías, también lo sentía tu pequeña. Ella necesitaba que te dejaras ir, que vivieras en su piel y no esperando que sucediese algo que tú habías leído.
Es difícil explicar lo que se siente a quien no haya pasado por algo similar. Cuando pones toda tu ilusión y tu lactancia fracasa, nadie se para a escucharte, pero todo el mundo acude a ti con palabras de falso consuelo.
VACÍA, así me sentía yo. No sentía la maternidad como algo maravilloso, sino como un fracaso. sobre todo porque la incomprensión de los que te rodean es tan grande que una se siente que no pertenece a este mundo, que lucha contra corriente, que navega a la deriva.
Dejé de hablar del tema, todos los días después de llevar a mi hijo al colegio me encerraba en casa con la peque, piel con piel, esperando un milagro, conociéndonos, descubriéndonos, aprendiendo a luchar, a sentir, a sufrir juntas.
y por fin escuchaste tu instinto, por fin te dedicaste a descubrir el ser mamá-bebé, todo uno y no dos seres por separado, sin importar los comentarios, fuera de todas miradas, con el tiempo detenido para disfrutar de ese momento. Y luego llegaría el gran logro. Es maravilloso!
Por otra parte, en ocasiones llora y no encontramos la causa. Sé que parezco novata, que a lo mejor solo es cuestión de seguir investigando, que puede haber múltiples razones.
Durante estos años de maternidad he aprendido, como dice Laura Gutman, que nuestros hijos lloran lo que nosotras callamos o nos negamos a decir. Has indagado en tus pensamientos? Tal vez tengas una sombra escondida que te niegas a ver, tal vez debas decir algo a alguien, tal vez llevas una pesada carga encima. Muchas veces son cosas de nuestra niñez, otras veces algo cercano en el tiempo. Sigue indagando, descubriendo. Pero sobre todo, compártelo con tu pequeña. Hazle partícipe de tus sentimientos y emociones, pon palabras a tus estados de animo, porque sólo entonces ella comprenderá el porqué de las cosas.
No he renunciado, pero ya no tengo prisa. Simplemente, llevo 3 meses intentando llegar hasta la cumbre de una montaña, todavía me faltan unos pocos metros y quiero parar para descansar un poco. Porque de tanto subir, no he tenido tiempo de ver lo bonito que es el paisaje.
Este párrafo me ha hecho llorar mares y mares estos días. Es tan bonito el saber detenerse y poder contemplar sin prisa todos los detalles! No dejes de hacerlo nunca. No tengas prisa por llegar a la cima de la montaña, porque siempre estará ahí, esperando. Pero los pasos que des mientras tanto, esos no volverán, y sólo pisando con paso firme, disfrutando de los relieves del terreno, harán que la subida sea una aventura maravillosa.
También he tenido la oportunidad de revivir mi anterior fracaso en la lactancia. He podido reabrir las viejas heridas y he conseguido curarlas. Ahora han cicatrizado, siempre estarán allí pero ya no me duelen.
Y por supuesto que tu niña también ha notado ese cambio.
Así que al fin y al cabo, quizás no nos hayamos perdido nada, ni ahora ni entonces. Decir lo contrario sería pensar que, si las cosas hubieran sido distintas, mi relación con él ahora sería mejor, o que él sería de algún modo diferente, y mi hijo no podría ser mejor de lo que es.
Estos años de maternidad me han enseñado que actuamos según las circunstancias, las cosas son así, según las decidimos, porque en ese momento no pueden ser de otra forma. Nunca sabrás si la relación con tu hijo habría sido diferente. Pero no es maravillosa la que tenéis ahora? No creo que la lactancia la hubiese hecho mejor. Soy de las que opina que la lactancia no es sólo alimentación, es algo más profundo e ínitmo. Pero también he aprendido que un ciego puede disfrutar de un paisaje con la misma intensidad que los que podemos ver. Así que, qué importan ahora los "Y si hubiera..."? La relación con tu hijo es lo más maravillosa que toda madre quisiera para sí, así que la lactancia sólo sería un añadido más. No sé si me he liado un poco.
La rabia fluía dentro de mí y se transformaba en obstinación, que junto a una pizca de locura era justamente lo que necesitaba para seguir adelante: la única batalla que se pierde es la que se abandona.
Lo que hiciste fue escuchar tu corazón y el de tu pequeña, escuchar a la madre tierra que tiraba de ti para que te dieses cuenta del animal que eres, ese animal luchador, esa madre que nunca deja tirada a su cría.
Sólo puedo darte las gracias por contar tu historia, la historia de otras muchas mamás que andan perdidas, que se sienten vacías y no saben encontrar el camino. Me alegro profundamente de que tú hayas encontrado el tuyo, que tú y tu pequeña hayáis encontrado vuestro camino juntas. Algún día podréis ver también juntas el camino tan bonito que habéis recorrido, desde la cima de la montaña.
Te felicito por haber luchado por tu hija y por ti, es admirable.
Y ahora a tirar para adelante, que la cumbre está ahí.
UN ABRAZO.
Mi más sincera enhorabuena de nuevo, mi mayor admiración por vuestro esfuerzo, mis gracias a todas aquellas personas que han podido/sabido ayudarte y decirte que siento una gran satisfacción por teneros cerca (A TODAS!!!).
Un beso enorme, mi niña.
Gracias por ser tan generosa y compartir tu historia!
Kim escribió: Pero sobre todo, se la dedico a mis hijos, mis niños, alimentados de forma diferente pero unidos a mí por el mismo lazo de amor.
Gracias Kim por compartirlo
Leyendo tu experiencia con tu primer hijo, parece que estoy leyendo mi historia.
Enhorabuena por haberlo conseguido finalmente
Por mi parte, está todo dicho, solo quedan unos pequeños detalles por matizar:
Siento no haberlo contado antes. Sé que es una estupidez pero al principio me daba vergüenza. Había puesto mucha ilusión en esta lactancia y cuando se fue al traste me sentí inútil, incapaz y sobre todo mala madre: por no haberme dado cuenta antes, por no querer renunciar, por no saber si lo conseguiría. Hasta hace unos días, lo sabían poquísimas personas. Tuve miedo de contar por lo que estaba pasando: porque mi estado de ánimo era tan bajo que habría desanimado a quien se encontrara en el proceso, porque todavía no había reunido la fuerza necesaria para desnudar mi alma y contar abiertamente cómo se vive esto. Decidí que si conseguía salir del pozo, lo contaría y si no, guardaría el secreto y me limitaría a obviar el tema. Tenía claro que lo contaría solo si conseguía tirar los biberones a la basura, pero con el tiempo me fui dando cuenta de que lo realmente importante no era la leche, ni el envase, ni la alimentación, sino el proceso, la metamorfosis. Llegó un momento en que dejé de pensar que estaba librando una batalla para conseguir una lactancia exitosa o para enmendar mi anterior fracaso, y me di cuenta de que lo importante era el camino, la simbiosis que mi peque y yo estamos consiguiendo.
La lección más valiosa que he sacado de todo esto ha sido aprender a no juzgar. Todo es criticable según el prisma bajo el que se mire: la que ha dado teta durante mucho tiempo es una fanática, la que lo ha dejado antes una comodona, la que no ha querido una egoísta y la que no ha podido una inútil. Socialmente, está mal visto darle teta a un niño relativamente mayor, lo mismo que dar un biberón a un bebé de corta edad. Sinceramente, es muy difícil ser tolerante con quien tiene una postura radicalmente distinta a la que defendemos. Por otra parte, pienso que detrás de cada "no he podido" y de cada "no he querido" suelen esconderse unas vivencias, unas experiencias y unos recuerdos difíciles de compartir, y a menudo complejos y dolorosos.
Finalmente, ya no mido mi lactancia en términos de días, semanas o meses. Como el anuncio, pienso que cada gota cuenta, y cada día será un día que hemos ganado: pienso que seguiremos así mientras Miriam quiera, o quizás algún día me sentiré incómoda con esta situación y pensaré en el destete. El tiempo lo dirá. Para no perder la costumbre de fastidiar, escandalizar y tocarle las narices a mi entorno, cuando nuestra aventura termine, me la voy a tatuar: una estrella por cada día, semana, mes (y año si procede) de lactancia. Tengo cuerpo suficiente .
Algún día, cuando llegue a la cima de la montaña, prometo repescar este post y contaros cómo es el paisaje.
Besitos a todas.
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más...
Mi blog: El mundo de Kim
Kim escribió: La lección más valiosa que he sacado de todo esto ha sido aprender a no juzgar. Todo es criticable según el prisma bajo el que se mire: la que ha dado teta durante mucho tiempo es una fanática, la que lo ha dejado antes una comodona, la que no ha querido una egoísta y la que no ha podido una inútil. Socialmente, está mal visto darle teta a un niño relativamente mayor, lo mismo que dar un biberón a un bebé de corta edad. Sinceramente, es muy difícil ser tolerante con quien tiene una postura radicalmente distinta a la que defendemos. Por otra parte, pienso que detrás de cada "no he podido" y de cada "no he querido" suelen esconderse unas vivencias, unas experiencias y unos recuerdos difíciles de compartir, y a menudo complejos y dolorosos.
Aunque todo el mensje no tiene desperdicio, me quedo con este párrafo. El de no juzgar, y pensar que cada persona tiene detrás unas vivencias que hacen muchas veces que piense como piense o que tome ciertas decisiones. Me quito el sombrero, compañera. Ah!! y lo que dices de disfrutar el proceso, que es lo importante, es maravilloso, porque has quitado de tu mente la idea de que solo serás feliz si alcanzas un objetivo, y hay que ser feliz todos los días de la vida. Enhorabuena por tu "proceso" mental.